- Su corazón agradece que ejercite aunque sea un poco
1. Quiere ejercitar, pero no puede o no quiere ir a un gimnasio.
Una excelente alternativa es salir a caminar. Una marcha ágil hace bombear sangre al corazón, lo ayuda a latir y permite que trabajen todos los músculos de esa región del cuerpo. Muchos estudios sobre el tema estiman que esta actividad colabora para bajar la presión sanguínea y los niveles de colesterol, además de controlar la diabetes. Kilómetro tras kilómetro, caminar quema el mismo número de calorías que correr.
2. Cuatro veces por semana es suficiente.
Una marcha ágil de 45 minutos, cuatro veces por semana, gasta algo más de 7 kilogramos de grasa por año, siempre que la dieta se mantenga, en los mismos niveles. En principio y antes de salir a marchar, tenga claro que los especialistas recomiendan caminar durante 20 minutos, cuatro veces por semana a un ritmo cómodo para que se comiencen a notar los efectos del entrenamiento.
3. ¿Lleva el ritmo correcto?
Una buena manera de saber si se está haciendo lo correcto es utilizar la prueba del habla. Cuando el ritmo de la marcha impide el poder hablar y falta el aire, la intensidad es excesiva. Es necesario establecer una rutina e ir aumentándola a medida que progresa. Recuerde que lleva un mes el reacondicionar el cuerpo por cada año de inactividad.
4. ¿Cuánto debe caminar?
No es tan importante la velocidad en que acostumbre a caminar sino cuánto se marcha. Esto le dará la verdadera dimensión de sus progresos. Caminar 5 kilómetros cinco veces por semana, puede reducir los riesgos de contraer cardiopatías en un 18 por ciento.
5. Recuerde el precalentamiento.
Camine cinco minutos a paso normal, otros cinco minutos a ritmo de marcha y cierre con cinco finales de footing suave. Recuerde hidratarse antes, durante y después de la caminata.
Fuente: www.megasitiomujer.com