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Listos para lanzarse al agua

Indira Venerio Fernández y César Montoya López se conocieron hace cinco años en la fiesta de un amigo, cuatro meses después se hicieron novios y hace cinco meses se comprometieron en matrimonio. “Mi vida no estaba realmente completa, pues como todo ser humano necesitaba de ese alguien con quien compartir y le pedía todos los […]

Indira Venerio Fernández y César Montoya López se conocieron hace cinco años en la fiesta de un amigo, cuatro meses después se hicieron novios y hace cinco meses se comprometieron en matrimonio.

“Mi vida no estaba realmente completa, pues como todo ser humano necesitaba de ese alguien con quien compartir y le pedía todos los días a Dios para que pronto pusiera a esa persona en mi camino y por fin Dios hizo mi petición realidad y apareció mi César (Montoya) en esa fiesta, cuando yo ni me imaginaba que ese tiquillo tan alegre, bromista y coquetón sería hoy mi futuro esposo”.

Venerio afirma que el día que se conocieron platicaron horas y horas, acordaron salir días después, y tras varias citas fueron conociéndose, gustándose y cautivándose. Cuenta que su primer beso fue en la sexta cita, muy espontáneo y divertido, ya que mientras se despedían ella de atrevida le plantó un besote que él no se esperaba, entonces la abrazó y le dijo: “Hoy no voy a poder dormir, porque vas a hacer que me caiga de la cama”. Días después formalizaron su noviazgo. “Nunca se me va a olvidar que me dijo: “…y qué mi reina… ¿qué le parece si nos lanzamos al agua?” Y yo desde hace rato tenía el traje de baño puesto, pero para hacerme la difícil esperé como cinco segundos y le dije que siiií.

La noche que le pidió matrimonio fue en un restaurante bajo la luz de un par de velas, de pronto un mesero llegó con un platillo tapado, cuando ella alegó no haber ordenado aún, el mesero respondió que era una entrada especial de la casa, la sorpresa la encontró cuando destapó el plato, había una cajita y dos claveles rojos. “Tenía los ojos aguados, me moría, se me salía el corazón, pero me forzaba para no llorar. César se levantó de la silla, se arrodilló a mi lado y me dijo: ‘¿Querés pasar el resto de tu vida junto a mí? ¿Querés casarte conmigo?’ Y ya no pude más, toda llorosa le contesté que sí, ¡claro que sí! Fue realmente hermoso”.

Venerio señala que siempre han puesto en las manos de Dios todos sus planes. “Estamos seguros de que este maravilloso concurso de LA PRENSA forma parte de esta conspiración que Dios tiene con nosotros, y por supuesto que queremos ganar los excelentes premios de los patrocinadores, que cualquier persona que se vaya a casar sabe que son sumamente valiosos”.

“Siempre supimos que estábamos hechos el uno para el otro, estamos muy enamorados”

Nosotras

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