Divorciadas, separadas, viudas, jóvenes solteras, cada vez más mujeres viven solas y aumenta el porcentaje de quienes lo hacen por su propia elección, después de sufrir alguna crisis vital o, simplemente, por el hecho de disfrutar de una experiencia que puede ser enriquecedora, y que puede ayudar al crecimiento personal cuando es elegida y voluntaria.
De acuerdo con los testimonios de muchas mujeres que han decidido vivir sin convivir, y a los expertos en tendencias y psicología sociales, estar sola puede ser positivo porque:
Ayuda a aclarar la mente
Cuando se viven situaciones de estrés en el ámbito familiar o laboral, permanecer un tiempo a solas ayuda a distanciarse del conflicto y a encontrarle una mejor solución. Se pueden sopesar mejor los aspectos favorables y desfavorables de un asunto, sin que nadie influya.
Permite desarraigar el miedo a mirarse por dentro
Muchas personas se rodean de ruido, actividades y gente, para no enfrentarse a sí mismas. Al permanecer en soledad se dan cuenta que estar solo puede ser agradable, y es una oportunidad de reflexionar, corregir errores y definir metas en la vida.
Se es uno mismo al ciento por ciento
Cuando se vive con alguien se entra en simbiosis con esa persona, y se renuncia a parcelas de la propia personalidad que producen bienestar, porque no se pueden compartir con el otro. En cambio, cuando se vive solo, la persona siente que controla su propia vida, da curso a sus inquietudes, tiene más tiempo para ella, y para volcarse en su trabajo, aficiones y vida social.
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