Geraldina González C.
Pensar en la seguridad del hogar es una tarea fundamental para el bienestar de nuestra familia y la protección de nuestros inmuebles. Además de los circuitos de seguridad, contar con un cerco o muro perimetral nos permitirá proteger nuestra casa y delimitar espacios con nuestros vecinos.
De acuerdo con la arquitecta Débora Michelle Mendoza, coordinadora de la escuela de arquitectura de interiores de la Universidad de Ciencias Comerciales (UCC), aunque en nuestro país son más comunes los cercos de concreto, existe una gran variedad entre los que destacan los cercos hechos de bambú, caña, verjas, materiales prefabricados, malla (herrería o alambres), cerco eléctricos, de madera o tablones, combinados (malla y concreto), y también cercos para jardín.
“Un cerco brinda seguridad a un terreno rodeándolo en su totalidad. Estos cercos o muros perimetrales siempre demandan costos, pero una opción para ahorrar son las mallas y pilares de concreto; es decir, los cercos combinados”, sostiene Mendoza.
Consideraciones
Aunque exista una diversidad de opciones en cuanto a materiales para la construcción, aspectos como la ubicación podrían determinar el material a elegir para procurar alargar su vida útil.
Según Mendoza, para construir un cerco debemos conocer dónde se ubicará, el tipo de terreno donde se instalará y la edificación que protegerá, ya sea casa de campo, de playa, de ciudad, apartamento, finca, entre otras.
Luego de conocer su ubicación, se debe definir la función, si será únicamente para seguridad o si tendrá también estética, es decir, decoración y diseño.
“Según lo anterior, hay que determinar de qué material estará construido, ya que si es un cerco para jardín tendrá que ser más ligero y podría ser de tablones pintados o verjas. Pero si es para proteger y cercar toda una casa tendrá que ser más resistente”, señala la arquitecta.
El tipo de cerco determinará su altura. Mendoza explica que cuando se trata de un cerco para jardín puede elevarse hasta un metro y medio. En cambio, si se construye un muro perimetral de malla o concreto este puede oscilar entre los 2.5 y tres metros de altura.
“Lo que se debe proteger más en una edificación cuando se cercará es su frente y posterior ya que son los puntos de entrada de intrusos. En este caso, pueden ser más altos, o pueden estar construidos de forma simétrica y regular, es decir, los cuatro lados de los puntos cardinales de una misma dimensión o altura”, afirma Mendoza.
Mantenimiento
La frecuencia del mantenimiento de un cerco dependerá del material con que esté hecho.
“Si el cerco es de concreto se le puede dar mantenimiento una o dos veces por año. Si es de madera al menos tres a cuatro veces al año, y en el caso de los de malla o alambrado puede ser tres veces al año para evitar el deterioro que puede causar la lluvia, el sol o los desastres naturales, además del sarro si se utilizan metales (malla, perlines o acero)”, comparte la arquitecta.
Si desea pintar el cerco, el color o la paleta de color según el círculo cromático puede ser personalizado. Sin embargo, la especialista señala que para exteriores se recomiendan colores vivos, pero no llamativos. El color se aplica considerando su forma, diseño, tamaño, figura y función.
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