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Jorge Jeshua Alemán López a sus 11 meses ya está intentando dar sus primeros pasos. LA PRENSA/ ALFREDO ZÚNIGA.

Con paso seguro

Su primera palabra, la primera sonrisa y sus primeros pasos son algunos de los momentos de la vida del bebé que los padres atesoran.

Geraldina González C.

Su primera palabra, la primera sonrisa y sus primeros pasos son algunos de los momentos de la vida del bebé que los padres atesoran.

La doctora Gioconda Castro, especialista en neonatología, explica que alrededor de los 16 meses los niños comienzan a caminar, actividad que forma parte de un proceso de maduración neurológica.

“Entre el segundo o tercer mes de vida sostienen su cuello. Luego, a los cuatro meses, viene el movimiento de los bracitos. A los ocho meses se sientan solos y alrededor de los 11 meses se sostienen en pie por un par de segundos. Finalmente, alrededor de los 16 o incluso los 18 meses empiezan a caminar. El niño que no camina a esa edad no está bien”, explica la doctora Castro.

Como las cosas no resultan perfectas al primer intento, en el proceso de descubrir el mundo por sus propios pies es normal que los bebés pierdan el equilibrio y sufran caídas, pues poco a poco se van acostumbrando a desplazarse por sí solos.

Cuando ocurre una caída, por lo general la reacción natural de los padres es acudir de inmediato para ayudarlos a levantarse, pero según la especialista, no es correcto que los padres exageren el inconveniente, pues esto podría interferir en la independencia del bebé.

“Lo que se debe hacer es estimular a que ellos solos se levanten, y no hacer el gran escándalo. Eso en lugar de ser una cuestión de protección por parte de los padres, es un error porque los están haciendo dependientes e inútiles, y le crean la idea de que uno le va a resolver los problemas. Es mejor decirle que se levante porque no pasó nada”, recomienda la neonatóloga.

En su espacio, con seguridad

Si bien las caídas no se pueden evitar, otros tipos de accidentes que pudieran perjudicarlos con mayor gravedad sí se pueden prevenir supervisando las actividades que realizan sin descuidarlos.

La especialista explica que ellos pueden estar con sus juguetes en un espacio del salón al alcance de la vista de los padres o de la persona que los cuide.

“Hay que evitar que el niño se sienta invadido, porque eso les crea un sentido de dependencia. Uno tiene que luchar por hacerlos independientes, los tenemos que ir soltando. A los hijos hay que enseñarles a vivir porque ellos son de la vida, no de los padres”, enfatiza Castro.

Aunque la edad regular en que empiezan a caminar es a los 16 meses, algunos niños lo hacen antes. De acuerdo con Castro, estos niños tienen un desarrollo neurológico temprano, lo que podría estar relacionado a un mejor coeficiente intelectual.

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