Por Oscar González Morales
Las montas de toros de sus fiestas patronales y de su rodeo son las actividades que han colocado en el mapa turístico nicaragüense a Juigalpa, la cabecera del departamento de Chontales.
63 y 75 córdobas es el costo del transporte expreso a esta ciudad y 55 vale el de los autobuses “ruteados”.
El museo polivalente Gregorio Aguilar Barea atiende los sábados hasta mediodía y de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 12:00 m. y de 2:00 p.m. a 4:00 p.m. Pero el museo puede atender en horarios no establecidos si se hace cita previa, a través de su número telefónico 2512-0784.
El costo de entrada es de 10 córdobas por persona.
El zoológico Thomas Belt tiene sus puertas abiertas de martes a domingo, de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.,con tarifas de 20 córdobas para adultos y 15 para niños.
Para atención a grupos, que deseen además participar en sesiones especiales sobre naturaleza, presentación de documentales y otras actividades, se pueden contactar con la administración llamando al número 2512-0861.
Juigalpa posee una variedad de hoteles y hostales, cuyos precios van desde 10 dólares hasta 80.
Restaurantes, bares y un par de discotecas pueden ofrecer distracción nocturna.
Pero esta pequeña ciudad del centro del país tiene más que ofrecer, en especial para los amantes de la historia, la cultura y la naturaleza.
El encuentro entre el pasado y el presente de este municipio se vive en el museo polivalente Gregorio Aguilar Barea, que es rico en estatuaria precolombina. Y también cuenta con exposiciones de taxidermia, iconografía y antigüedades.
Con 98 piezas, la colección de estatuaria de este museo es la más grande del país. Además posee piezas únicas, como una de 5.18 metros, considerada la más alta del país, y una de las mejores conservadas, la llamada “Chinita”, que incluso fue exhibida en el museo de Louvre de París, durante un par de años.
Sin embargo, según Carlos Villanueva, administrador del museo, entre las colecciones que más llaman la atención del público está la taxidermia. Además de ver conservados a animales silvestres, también se encuentran rarezas de la naturaleza, como un ternero de dos cabezas, otro de seis patas y hasta un bebé humano cíclope.
Pero también la vida puede ser apreciada en esta ciudad, con la variedad de fauna nicaragüense y extranjera, que posee el zoológico Thomas Belt.
Un total de 186 ejemplares de 77 especies, desde leones hasta pequeños loros pueden ser apreciados en cautiverio. Pero más allá de eso, pueden ser tomados como punto de partida para la creación de una conciencia ecológica.
Aquí será atendido por responsables de educación ambiental y biología, como Kenny Miranda Cruz. Su labor no es solo dar detalles sobre los ejemplares que posee el zoológico, sino también información sobre qué puede hacer cada persona para al menos evitar la depredación de estos y de sus ambientes naturales.
Avestruces, búfalos, coyotes, pumas (o leones americanos), el rey de los zopilotes, chimpancés, pavos reales y boas, son solo algunos de los ejemplares que tiene el zoológico, la mayoría de ellos llegados a través de donaciones de otros zoológicos del mundo y otros rescatados por el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena).
Después de sus sesiones de aprendizaje en el museo y el zoológico, el visitante de Juigalpa puede disfrutar de un momento apacible, en el parque central de la ciudad, el parque Palo Solo o en el nuevo mirador de Tamanes.
En el primero se tiene un ambiente típico de los pueblos del país, con la conjugación de juegos infantiles, zonas verdes y un quiosco de dos pisos, ubicado en su centro. En la planta baja hay una tienda de artesanías y en su parte superior existe un sistema de sonido que musicaliza las mañanas y tardes de los juigalpinos.
Palo Solo es conocido como “El parque de los enamorados”, ya que su vista hacia la Sierra de Amerrisque y su tranquilidad se prestan al romance de parejas de todas las edades, aunque también es un lugar propicio para las familias.
En uno de sus extremos, además, están cuatro murales del pintor nicaragüense Ricardo Gómez, que relatan visualmente la historia y evolución del municipio.
Una vista panorámica de toda la ciudad, de las sierras Amerrisque y Chontaleña y hasta una mirada lejana a los volcanes Concepción y Madera de la Isla de Ometepe son los platos fuertes del mirador de Tamanes, llamado así por los pobladores de la ciudad, haciendo honor a la loma en cuya cima está ubicado.
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