Estos son algunos pasos para diagnosticar el estado del radiador del vehículo, que el propio dueño puede realizar para saber si necesita reparación o un cambio total.
1. Observa:
Una inspección visual de las aletas de metal del radiador, que se encargan de disipar el calor, basta para darse cuenta si están dobladas, si lo están tendrás que reemplazar el radiador. Además, verifica si hay signos de corrosión. Esta es también una indicación de que el radiador necesita ser reemplazado.
2. Enciende el motor:
Inspecciona visualmente el radiador de que no haya fugas. Cualquier líquido verde que sale del radiador es el refrigerante del motor y es una indicación de que el radiador necesita ser reemplazado.
3. Temperatura:
Controla la temperatura del motor durante un período de 15 a 30 minutos. Si la aguja del indicador de temperatura del agua se mueve más allá de la marca del medio indica que no hay suficiente refrigerante fluyendo a través del sistema o que el refrigerante no puede fluir correctamente. Esto a veces puede ser causado por el óxido del radiador que circula a través de los canales de refrigeración del motor y se quedan atorados en los canales de refrigeración. Bastaría con una buena limpieza del radiador.
4. Revisa:
Las mangueras en la parte superior e inferior del radiador de tu vehículo son un componente crítico del radiador. Si están rotas, abultadas, con grietas o podridas necesitan ser reemplazadas.
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