Como crema para el cuerpo, el lubricante del motor de su vehículo es un ingrediente fundamental para la salud de esta máquina de fuerza y será de acuerdo con las condiciones del fabricante que se debe cambiar cada cinco mil o diez mil kilómetros recorridos.
En términos generales, debe responder a las recomendaciones que realiza el fabricante de cada vehículo. Con base en esta información se debe determinar dentro de las opciones disponibles en el mercado, la que resulta más óptima para el funcionamiento del motor. En este sentido, se deben tener en cuenta factores como la edad, estado, uso que se le da al vehículo y tipo de motor del automóvil.
Los aceites tienen dos especificaciones principales: SAE (que indica la viscosidad a distintas temperaturas) y API (que es una especie de medida de calidad del aceite). El fabricante recomienda el SAE, pero normalmente esto puede ser cambiado sin problemas.
En un índice de viscosidad 20-40 indica viscosidad 20 en frío y 40 en calor.
El primer número SAE es de viscosidad a bajas temperaturas, y es precisamente ese nivel de viscosidad el que protege cada pieza del motor como una delgada capa mientras está apagado.
El segundo número SAE representa el nivel de viscosidad en altas temperaturas y por lo general es más alto que el primero, porque la viscosidad de un buen aceite aumenta cuando el motor está encendido para proteger las piezas durante la fricción.
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