GERALDINA GONZÁLEZ C.
Podría tratarse de una característica natural de los seres humanos, o bien de un simple y banal capricho, lo cierto es que cada uno de nosotros en algún momento determinado de nuestra vida soñamos con lucir tan o más perfectos que los personajes de una revista o de una valla publicitaria que promocionan algún producto comercial.
La idea de lucir bellos, casi perfectos, invade nuestra mente llevándonos a mujeres y hombres a recurrir a elementos externos que nos permitan acercarnos lo más posible a la utópica belleza que reina en la publicidad.
Maquillaje, accesorios, atuendos que nos proporcionan un aire sofisticado. Todos ellos se convierten en un peldaño que nos lleva al mundo de la belleza perfecta.
Cuando estos elementos no son suficientes, quienes desean satisfacer su extrema necesidad de perfección visual recurren a medidas que intervienen en el proceso natural de envejecimiento o en la modificación de la silueta corporal.
De acuerdo con el doctor Arturo Gómez Castillo, cirujano plástico del Centro Médico Los Robles, la cirugía plástica es una rama de la cirugía general que a su vez se divide en dos tipos: cirugía plástica estética y cirugía plástica reconstructiva.
“La cirugía estética es la que la gente busca para lucir bien o para mejorar algunos aspectos de su anatomía que no le parecen. En cambio, la cirugía reconstructiva es la que trata accidentes, injertos, quemaduras y lesiones. Por lo general la cirugía plástica se conoce más por la rama estética”, explica el doctor Gómez.
Quizás por un tema de vanidad o feminidad, las mujeres son quienes más optan por las cirugías plásticas estéticas, sostiene el especialista, quien calcula que de cada diez pacientes, ocho son mujeres.
Dentro de las cirugías más cotizadas por las mujeres se encuentran la liposucción, la abdominoplastía y la de aumento de senos, seguidas por las cirugías faciales, las de párpados y las de nariz.
En el caso de los hombres jóvenes, la liposucción y la de ginecomastia (presencia de tejido mamario en los hombres), son las más frecuentes. Pasada la mediana edad ellos recurren también a las cirugías faciales.
Edades
“En la estética la vanidad no tiene límites”, asegura el cirujano plástico. Sin embargo, sostiene que lo más recomendable es realizarse este tipo de cirugías una vez que el proceso de desarrollo haya finalizado, es decir, después de los 18 años en las mujeres y después de los 20 o 22 años en los hombres. Esto para evitar resultados poco satisfactorios debido a que las estructuras anatómicas aún no completan su desarrollo.
En cuanto a la edad límite, el especialista señala que si el paciente presenta buena condición de salud en previa valoración, estas cirugías pueden realizarse incluso después de los 90 años.
“La cirugía plástica estética se realiza en pacientes sanos. Si presentan alguna patología como diabetes e hipertensión se pueden operar, pero tienen que estar estabilizados porque son enfermedades que se pueden controlar. Si están controlados por su cardiólogo, su endocrinólogo y su internista y ellos dan el visto bueno, estos pacientes pueden ser candidatos para cirugías”, advierte el doctor Arturo Gómez Castillo.
Posibles riesgos
Por tratarse de cirugías poco invasivas y gracias a los avances de la medicina, el cirujano plástico afirma que hoy en día las complicaciones que se pueden presentar son iguales a las de cualquier otra cirugía. Por ejemplo: la presencia de hemorragias, infecciones y hematomas.
Sin embargo, el uso de antibióticos y aparatos de coagulación han reducido las probabilidades de que estos riesgos se presenten.
La insatisfacción podría ser el riesgo que más temor cause en quienes deciden realizarse una cirugía plástica estética.
Según el especialista, el porcentaje de insatisfacción podría andar entre el 15 y el 25 por ciento.
“El paciente de cirugía plástica estética tiende a ser extremadamente meticuloso, se pasa horas viéndose en el espejo, por eso es que nosotros recomendamos que después de la operación hagan la llamada ‘dieta de espejo’, es decir, evitar lo más posible verse en el espejo para no caer en un estado de psicosis o neurosis al estarse viendo para buscar la perfección”, exhorta el doctor.
Tomar la decisión de cambiar ciertos aspectos de la apariencia física puede influir en la percepción que el paciente tenga de sí mismo y de la vida.
“La cirugía plástica estética definitivamente interfiere en la manera de pensar de la persona, por eso hay quienes dicen que les mejora muchísimo la autoestima. Yo me atrevería a decir que en cierta forma la cirugía plástica estética es una psiquiatría con bisturí o psiquiatría quirúrgica, porque hay pacientes a quienes les cambia la vida, su manera de pensar y de ser. Se sienten como nuevos, como si han vuelto a nacer y emprenden una nueva forma de vida más optimista”, puntualiza Gómez.
Evaluación previa
Como en cualquier proceso quirúrgico, antes de iniciarlo es necesario cumplir con una serie de exámenes que determinen si estamos aptos o no para la cirugía.
Primero se hace una evaluación preoperatoria para conocer las expectativas que el paciente tiene y el médico hace una evaluación física para determinar qué es lo que le puede ofrecer al paciente. Una vez que se ponen de acuerdo se procede a hacer la evaluación quirúrgica, que consiste en hacer los exámenes de rutina, ver cómo está la anemia, la hemoglobina, la coagulación y tiempo de sangrado, el azúcar en la sangre, la creatinina y un examen de orina para ver si no tiene infección urinaria.
Si el paciente es mayor de 45 años se debe hacer también una valoración cardiopulmonar para determinar si la función de su corazón y sus pulmones están bien.
Procedimiento seguro
Para evitar caer en manos de un impostor, que pretenda obtener su dinero exponiendo su salud, es importante conocer ciertos aspectos antes de someterse a la cirugía.
El cirujano plástico recomienda tomar en cuenta la formación y preparación académica del doctor, los años de experiencia y el testimonio de algunos pacientes anteriores.
En Nicaragua existe la Asociación de Cirujanos Plásticos, en la que están afiliados todos aquellos doctores que cumplen con ciertos requisitos y que están acreditados para realizar este tipo de prácticas.