Carla Fjeld
PhD en Nutrición Humana
Los chiles que se disfrutan aquí no solamente agregan carácter a los platos, sino también ofrecen propiedades protectoras para la salud. Son buenas fuentes de antioxidantes como la vitamina C (siete veces más que la naranja), la vitamina E y los carotenoides. Aquellos picantes contienen una sustancia llamada capsaicina, que le da la característica de picante. Cuanto más picante esté el chile, más capsaicina contiene, son buenos ejemplos el habanero y el jalapeño.
La capsaicina es un potente inhibidor de procesos inflamatorios y lo están investigando como un tratamiento efectivo del dolor asociado con la artritis, la psoriasis, y la neuropatía diabética. Cuando los animales inyectados con una sustancia que causa la artritis inflamatoria fueron alimentados con capsaicina, se notó un retraso en la aparición de la artritis, pero dichos efectos no son siempre comprobados en estudios con seres humanos.
Estudios en laboratorios con células humanas han mostrado que la capsaicina inhibe el crecimiento de células de cáncer de próstata, dando lugar a la hipótesis o posibilidad que puede apoyar en disminuir la enfermedad. Existen observaciones de poblaciones y de estudios clínicos sugiriendo que son protectores o terapéuticos con respecto a otros tipos de cáncer, pero dichas observaciones tampoco han sido comprobadas en estudios científicos de buena calidad.
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