¿Desde niña recibiste clases de baile?
El baile ha sido mi pasión de toda la vida. En el colegio participaba en los talent show. Mi mamá se reía porque tenía una gran caja con todos los trajes y me decía que gastábamos mucho dinero en trajes que no volvía a usar, pero siempre estuve metida en todos los actos. Recibí clases de salsa, de jazz y de todo lo que podía. Luego empecé a tomar conciencia por mi cuerpo y comencé a hacer ejercicios, me metí al gimnasio y conocí las clases de zumba.
¿Y cómo te convertiste en instructora de zumba?
Un día me llamaron y me propusieron dar clases porque notaron que me gustaba. Al inicio pensé que era una locura porque una cosa es recibir la clase y otra impartirla, sobre todo zumba que requiere transmitir mucha emoción y ánimo. Lo pensé y finalmente aproveché la oportunidad y acepté.
El gimnasio me envió a Costa Rica a la primera certificación que se saca, la cual consiste en los ritmos básicos de zumba. Fui con una compañera porque la idea era que impartiéramos la clase juntas, pero al final por cuestiones de tiempo nos separamos.
Finalicé la segunda certificación y después el gimnasio me envió a una convención mundial anual de zumba en Orlando, Estados Unidos, donde llegan aproximadamente ocho mil personas. Ahí saqué zumba para niños, zumba sentado y zumba toning que es con unas maracas. La certificación empezó en febrero del año pasado y en marzo empecé las clases.
¿En qué consiste la zumba?
Zumba es aeróbicos con ritmos latinos. La idea es que cualquiera lo pueda seguir, pues no es necesario que seas bailarín para tomar una clase de zumba. Es un ejercicio de cardio disfrazado, no te das cuenta de que estás bailando y quemando calorías. Dependiendo de tu cuerpo y tu esfuerzo puedes quemar entre 400 y 500 calorías.
¿También estás involucrada en el levantamiento de pesas?
Entré al gimnasio hace unos cuatro años con un entrenador personal. Al inicio me parecía exagerado, pero al final ha sido él quien me ha mantenido todo este tiempo porque es mi empuje. Él me dijo que yo levantaba bastante peso y me propuso participar en una competencia de levantamiento de pesas, era como una preparación para la competencia nacional que será en septiembre. Gané el segundo lugar en mi categoría, y estoy animada para seguir entrenando y participar de nuevo en septiembre, y tal vez hacer algo a nivel nacional. En realidad me ha gustado mucho el levantamiento de pesas, es algo que hago muy aparte del baile.
Además de dedicarte al entrenamiento físico también trabajas en Librería Hispamer, ¿qué haces ahí?
Soy promotora de la editorial McGraw Hill. Visito colegios y universidades para ver qué material están llevando con el editorial y les presento material nuevo. Llevo mis muestras y me dicen si los van a ocupar el año que viene para hacer el pedido y que en la temporada escolar lo tengan todo. Yo estudié Ingeniería en Sistemas, pero al final no encontré esa pasión en las computadoras, ni en pasar sentada en una oficina. Yo soy más de andar en la calle y socializar.
¿Qué pasatiempos tienes?
Me encanta viajar por las playas y conocer lugares. Me metí mucho en esto del fitness y de vez en cuando voy con mis amigos a escalar un volcán, y si voy a la playa me llevo mis tenis porque me gusta salir a correr. Además de eso estoy recibiendo cursos de salsa y bachata porque descubrí que complementan mis clases de zumba. También me gusta salir con mis amigos y me encanta comer.
¿Qué representan el baile y el ejercicio en tu vida?
Ya no es ni una rutina, es una necesidad. Mi estado de ánimo depende de eso. Yo me levanto diario a las 4:30 o 5:00 a.m. a preparar mi desayuno, empacar mi ropa e ir al gimnasio. Tengo ventaja de horario en mi trabajo, pero procuro estar temprano. Imparto una clase de zumba a las seis de la mañana. Si no voy al gimnasio en la mañana ando de mal humor, e ir en la noche no es lo mismo. Es algo que nunca imaginé que lo iba a descubrir y ahora es parte de mi vida.
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