Geraldina González C.
El papel que juega la alimentación en nuestro bienestar es fundamental, pues garantiza la salud corporal y mental, permitiéndonos un mejor desarrollo de las labores diarias.
Existen ciertos nutrientes como el potasio, magnesio, calcio y las vitaminas A, C y E, que cuentan con propiedades relajantes que proporcionan bienestar a nuestro organismo.
De acuerdo con la nutricionista Ana Gutiérrez Font, asesora nutricional de Herbalife, es recomendable mantener una dieta rica en pescados, carnes, frutas deshidratadas como pasas y albaricoques, y yogurt, ya que estos alimentos tienen propiedades que ayudan a reducir el estrés proporcionándonos bienestar.
Explica que estas propiedades también pueden encontrarse en alimentos como la leche tibia, que gracias a los componentes de la proteína produce una sensación antiestrés y provoca somnolencia.
“El chocolate negro también tiene grandes beneficios antiestresantes. Es recomendable consumir de una a dos onzas al día para reducir los niveles de estrés en el organismo”, asegura Gutiérrez.
El efecto antioxidante que poseen el té verde y las nueces también se suma a lucha contra el estrés.
Fuentes y funciones
Según la nutricionista, el factor común de estos alimentos es el proporcionar bienestar al organismo en diferentes formas.
Por ejemplo, el triptófano, presente en las carnes y pescados, es un aminoácido que favorece el sueño.
El potasio, magnesio y calcio son protectores ante las reacciones hormonales que el cuerpo segrega en respuesta al estrés. La leche, el brócoli, las espinacas y los tomates son buenas fuentes de estos nutrientes.
El calcio, además, posee propiedades relajantes y promueve el mantenimiento de la presión arterial normal.
En el caso de las vitaminas A, C y E, estas combaten directamente la formación de radicales libres.
El Omega 3 es un antioxidante y protector celular que mejora el sistema inmune. Podemos encontrarlo en pescados como el salmón.
Las vitaminas B1 y B6 son antioxidantes que promueven el mantenimiento del sistema inmune. El germen de trigo, la carne de cerdo y el hígado son buenas fuentes de estas vitaminas.
Para que las propiedades de estos alimentos funcionen de forma correcta y proporcionen bienestar a nuestro organismo, debemos consumirlos en pequeñas cantidades e incluirlos como parte de nuestra dieta diaria.
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