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Independentistas se ha concentrado en la plaza de Sant Jaume de Barcelona, delante del Palau de la Generalitat, durante la firma del decreto de convocatoria de la consulta del 9N por parte del presidente catalán, Artur Mas. LA PRENSA/EFE/Alberto Estévez

Cartas al Director

El Tribunal Nacional Laboral de Apelaciones (TNLA) en su Sentencia 591, del 14 de agosto de este año violenta los Principios Fundamentales del Derecho del Trabajo, al afirmar insólitamente que los salarios de los trabajadores pueden ser reducidos siempre que el trabajador esté de acuerdo con ello y en sintonía con esto sentencian: “Por lo anterior concluimos que la norma del Arto. 82 C.T. no le prohíbe modificar cuantas veces le convenga el salario…” (Sic).

Puñalada al derecho laboral

El Tribunal Nacional Laboral de Apelaciones (TNLA) en su Sentencia 591, del 14 de agosto de este año violenta los Principios Fundamentales del Derecho del Trabajo, al afirmar insólitamente que los salarios de los trabajadores pueden ser reducidos siempre que el trabajador esté de acuerdo con ello y en sintonía con esto sentencian: “Por lo anterior concluimos que la norma del Arto. 82 C.T. no le prohíbe modificar cuantas veces le convenga el salario…” (Sic).

Para sustentar su resolución sacan de contexto el Principio de Legalidad contenido en el Arto. 32 Cn. que establece que “Ninguna persona está obligada a hacer lo que la ley no mande, ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe”.

Se les olvidó que no estaban fallando un caso civil, en donde el Principio de la Autonomía de la Voluntad es determinante, sino un caso de derecho laboral, en el cual este principio se restringe.

Ignoraron el Principio IV C.T.: “Los derechos reconocidos en este Código son irrenunciables”, postulado que protege derechos sin importar que sean de los trabajadores o de los empleadores.

El Principio de Irrenunciabilidad nos conduce de la mano al Principio V C.T. que establece que el ordenamiento jurídico laboral limita o restringe el principio civilista de la autonomía de la voluntad y, por tanto, las disposiciones del Código del Trabajo son de riguroso cumplimiento.

Con base en este Principio al trabajador se le hace imposible renunciar a sus derechos voluntariamente, aunque fuera por algún beneficio propio. No puede renunciar a devengar salario por decimotercer, vacaciones, seguridad social y todo derecho que le otorga la ley.

El Ius variandi implica que el contenido del Contrato Individual de Trabajo puede tener variaciones, pero tiene estos límites que impuso el legislador laboralista. El trabajador no puede renunciar a su salario total o parcial y si lo hace por necesidad, ignorancia o violencia es ilegal y así debe declararlo la autoridad judicial.

Aunque los magistrados lo intentaron, la sentencia está desprovista de una justificación objetiva y razonable.

No significa que en lo laboral la autonomía de la voluntad esté suprimida, pero sí está limitada. Como bien lo explica Rodríguez Mancini: “La primera herramienta que utilizó el derecho del trabajo, para lograr la protección del trabajador, fue restringir la libertad contractual a determinados aspectos, declarando otros no negociables y una vez asegurados los referidos mínimos, dicha libertad contractual adquiere su plena validez.

Aunque el trabajador haya aceptado la reducción de su salario, no se reconocería eficacia jurídica al acuerdo concertado entre las partes, en violación a esas normativas legales. No se puede en ningún caso suprimir o disminuir los derechos garantizados; solamente son susceptibles de ser mejorados.

Dice Palomeque que las condiciones más beneficiosas de origen contractual pertenecen al trabajador, tiene el derecho a conservarlas y no pueden ser afectadas por posibles regulaciones posteriores.

En estos casos lo único que se espera es que el Estado haga valer la ley en todo su esplendor y que el más alto tribunal de oficio declare nula e inaplicable esta sentencia por ser contraria a la Constitución y la ley laboral.

Roberto Moreno Cajina. Sindicalista

Cortes de agua en Jinotega

Cuando el expresidente Enrique Bolaños llegó a la ciudad de Jinotega, a inaugurar el servicio de agua potable, dijo entre otras cosas que los jinoteganos teníamos la mejor agua de Nicaragua, y es cierto. Pasamos con agua las 24 horas del día, a chorro fuerte como decimos los nicaragüenses.

Sin embargo, hace unos meses hay recorte del servicio sin previo aviso, a las 12:00 del día. El barrio Linda Vista pasa dos horas sin agua, y seguramente pasa lo mismo en otros barrios. Se desconocen los motivos, nadie avisa y las amas de casa en apuros a la hora de la comida. Eso es una irresponsabilidad de los funcionarios de Enacal de este municipio, por lo menos en los noticieros locales deberían de avisar, y explicar qué está pasando, cuáles son los motivos y si ya será como el tiempo de antes que nadie tenía ducha porque no había agua en las tuberías, y el poco agua que llegaba era achocolatada de lodo.

En otras ciudades también se corta el agua, pero se entiende que es porque no da a basto la que hay, y se corta en un barrio para favorecer a otro. En Jinotega se dijo que había suficientes pozos.

Sería especular decir los motivos, porque los funcionarios no hablan con la población olvidándose que si son funcionarios públicos se deben a la población. En Jinotega lo que más hay es agua, y esperamos una explicación sobre los cortes de esta.

A la hora de escribir esta denuncia, el agua se cortó a las 12:00 del mediodía y eran las 4:05 y aún no se había restablecido el servicio.

Félix González

Proyecto de vida y compromiso ciudadano

Al realizar un pequeño proceso de encuestas (en nuestro centro educativo Sor María Romero, del barrio San Judas) acercándonos un poco a la realidad que vive nuestra generación, puedo dar algunos puntos de mi opinión. El aula de clase se convirtió en un panel de compartir ideas, generando preguntas y dando nuestro punto de vista como resultado del proceso de entrevista, tabulación y síntesis del proceso de acercamiento a la realidad desde diversos puntos como: economía, educación, leyes, salud, oportunidades, tecnología y demás.

Al acercarme a esta realidad me di cuenta de las debilidades que tenemos los jóvenes, quienes somos el futuro de Nicaragua y también la mayor parte de la población. Advierto deficiencia en nuestra participación y conocimiento en el aspecto de la política, se puede decir que no lo tomamos en serio, no le damos prioridad para poder tener un criterio propio y muchas veces tendemos a dejarnos influenciar por personas que ese es su propósito y somos inclinados a un cierto fanatismo desde muchos aspectos, débilmente decimos sí a todo, sin analizar si nos afecta o nos conviene.

Me doy cuenta que en diferentes ámbitos somos influenciados por personas que buscan su propio bien, ya sea en el poder, el placer o tener. He reflexionado que es vital conocer leyes, Constitución Política, realidades, estudios, cultura, entre otros.

Admiro a los países que apuestan por invertir su PIB en la educación, eso nos da esperanza a los jóvenes, porque si hay más educación hay más oportunidades. Nuestros jóvenes tienen aspiraciones solo de salir de secundaria, y cometen el error de apreciar poco el esfuerzo por sacar buenas notas, no ven en la universidad mejores oportunidades para tener mejor calidad de vida.

Siento la urgencia de conocer cada vez más la realidad de mi país, que existe un alto porcentaje de desempleados, de pobreza extrema y pobres en general.

Al evaluar todo esto, me doy cuenta que debo pensar, organizar y ver mi proyecto de vida como algo de vital importancia para mi futuro, me he comprometido conmigo mismo a ser autodidacta, esforzarme por no ser una persona conformista.

Mi mayor aporte es crecer ayudando a que otras personas crezcan conmigo, de forma significativa, en todos los ámbitos. Porque nuestra Nicaragua es de todos.

Byron Alberto Pérez Guzmán

Niños duermen  en las calles

Hoy se pueden ver más niños durmiendo en las calles por toda la ciudad de Matagalpa. Deambulan en su gran mayoría descalzos sin que nadie pueda hacer nada por ellos, para que la calle les mal sirva de hogar.

Estos menores de edad en su gran mayoría son desertores escolares y sobreviven comiendo cualquier cosa que la gente les da, generalmente en sitios como supermercados, restaurantes, panaderías, etc. Ante este gran problema relacionado con la niñez nicaragüense, el Ministerio de la Familia en conjunto con otras instituciones benéficas deben hacer algo por estos niños de la calle que abundan casi por toda Nicaragua.

 Salvador Pérez González

Ver en la versión impresa las páginas: 11 A

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