¿Por qué Perú apoya siempre a Venezuela?
Asusta observar que la multiplicación de problemas internacionales sobrepasa dramáticamente la capacidad de resolverlos entre Estados, o a través de otros mecanismos internacionales de solución de controversias. Los más graves son tratados en el Consejo de Seguridad de la ONU, eje del sistema de seguridad colectiva consagrado por la Carta de 1945. Es el único órgano que puede dictar medidas coercitivas, que van desde las sanciones económicas hasta el uso de la fuerza, si fuera el caso.
En una sociedad internacional cada vez más compleja y conflictiva, dominada por la soberanía de los Estados, tranquiliza saber que —aunque sea en el papel— existe un poder capaz de poner orden en el caos. De allí la importancia de elegir cuidadosamente a sus miembros, pues las decisiones del Consejo pueden ser determinantes para el mantenimiento de la paz.
Para liberar a los miembros del incómodo predicamento de votar nominalmente, se ha implantado la práctica de que los grupos regionales en la ONU endosen colectivamente la candidatura de los Estados que aspiran a un asiento de miembro no permanente en el Consejo.
En casos tan chocantes como la elección de Venezuela —y para los países que votan contra su propia conciencia— el método del consenso funciona como fuenteovejuna; todos a una… y nadie es responsable. Si un país está en desacuerdo con la elección de un candidato, su silencio no obstaculiza la decisión del conjunto. Así se preserva la “unidad de la región”, dicen. Es un argumento emocional con el que se manipula a los delegados, a quienes les es muy difícil resistir la presión, a menos que tengan instrucciones precisas de sus cancillerías.
En el caso de Venezuela, es de interés público saber si el apoyo de Perú al régimen tiránico de Nicolás Maduro provino de instrucciones de Torre Tagle o de las convicciones políticas del delegado que, con su silencio, participó en la elección de un Estado que aplasta diariamente los derechos fundamentales y la libertad de los venezolanos.
La ceguera asustadiza de los latinoamericanos es patética. La quinta columna de Caracas intrigará en beneficio de todas las causas equivocadas y lesivas para Occidente, creando impasses y confrontación en el Consejo. Por el momento, la Venezuela de los Chávez y los Maduro ha tomado la elección como un homenaje regional que legitima sus políticas aberrantes. ¡Qué vergüenza!
Es censurable la falta de coherencia de la política externa de Perú que proclama y reitera nuestro fervor por la democracia y el Estado de Derecho. La elección de Venezuela al Consejo de Seguridad de la ONU ofende el sentir de la mayoría de peruanos y es un baldón que se suma a muchos otros en las relaciones con Caracas. Pero también pone en evidencia que nuestra diplomacia profesional no es consciente de los agudos problemas que están afectando la paz y la seguridad.
La presencia de Venezuela en el Consejo no contribuirá a solucionarlos sino a agravarlos. ©FIRMAS PRESS
J. Eduardo Ponce Vivanco. Embajador peruano
Accidentes en motos
Como ortopedista traumatólogo he atestiguado múltiples accidentes, atendiendo a lesionados de todo tipo, teniendo resultados satisfactorios pero también finales trágicos e incapacitantes, físicos y mentales.
Es preocupante el aumento de accidentes de tránsito fatales en nuestro país. Antes culpábamos a buses y taxis, pero ahora son las motos, cuyos siniestros se han triplicado en los dos últimos años.
Tristemente muchas personas fallecen en el sitio del suceso con escenas desgarradoras. Otras mueren en las primeras horas hospitalarias, en sala de emergencias o quirófano o bien en la unidad de cuidados intensivo, donde sucumben por falla multiorgánica resultante del politraumatismo craneal, toracoabdominal o esqueletal.
Estas personas nunca supieron qué les pasó, no podrán arrepentirse de su imprudencia, y no cargan con la culpa de lesionar a familiares o terceros implicados.
Sin embargo hay un número creciente de lesionados no fatales malheridos, con secuelas neurológicas, funcionales, estéticas y mutilantes, como las fracturas abiertas de manejo complejo, contaminadas en las calles y con daños que comprometen la viabilidad del miembro, requiriendo múltiples cirugías para salvataje de extremidad, y en ocasiones culminan en amputación.
La falta de conciencia sobre esto es multifactorial. La Policía Nacional hace poco por educar a los conductores de estos “dispositivos de muerte”. No hablo de multas masificadas, aunque infringen las leyes de tránsito constantemente, sino de educar por medio de una campaña audiovisual directa, en la que se oriente cuáles son los carriles a usar según su velocidad, donde pueden y deben estacionarse, y porque no aventajar entre vehículos. Además se debe concientizar sobre su vulnerabilidad porque en cualquier accidente, las motos llevan la peor parte.
La mayoría de motorizados manejan como que no hubiese señales de tránsito. Es preocupante el desconocimiento o el caso omiso que, deliberadamente y sin respeto por el espacio de los demás, hacen de las mismas.
Además de imprudencias, existe la brillante idea de medios de comunicación y comercios, de obsequiar por doquier motocicletas, contribuyendo al problema.
No comprendo cómo hacen esto los medios si transmiten diariamente múltiples fallecidos y accidentados por motos. Es como el coliseo romano, entretenimiento sangriento. ¿No es mejor rifar dinero, un bono para el supermercado o un electrodoméstico? Que ellos lo usen o vendan si lo desean. Cosas útiles, más necesarias y menos peligrosas.
Es cierto que una moto es un medio de transporte económico, pero ya implica un gasto y es difícil vender porque representa una tentación para movilizarse, aunque no conduzcan bien, porque aprenden a manejar empíricamente y desconocen las normas de tránsito.
Cuando hay malas maniobras y accidentes, los motorizados argumentan siempre tener la razón, son víctimas aunque provoquen los percances o atrasen el tráfico bloqueando semáforos. Me pregunto: ¿Cómo obtienen licencia de conducir algunos? ¿Hacen examen policial? Me asalta la duda.
Los medios deben ser serios, juegan un rol clave en el bienestar de la ciudadanía, crucial para incidir en esta epidemia autodestructiva. Y los conductores, tomen conciencia, mañana pueden ser ustedes y desgraciarle la vida a alguien más.
Valórenlo ustedes.
Mario Cuadra Castillo. Ortopedia y Traumatología
Productos vencidos
En la ciudad de Matagalpa, como en otros sitios de Nicaragua, se ofertan productos alimenticios vencidos para fines benéficos poniendo así en gran riesgo la salud pública, ya que dichos productos particularmente enlatados pueden hasta ocasionar la muerte de sus consumidores.
En la víspera de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, algunas organizaciones o instituciones regalan a los indigentes canastas con productos ya vencidos.
Sobre este problema que es muy común en nuestra sociedad, el Ministerio de Salud (Minsa) debe prevenir a la población para que no consuma ningún tipo de producto alimenticio ya vencido.
Salvador Pérez González
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