Tener una vida activa es esencial para cualquier persona: desde caminar, subir escaleras, hasta salir a correr, nadar o jugar futbol con los amigos. Moverse favorece tanto el aspecto físico como emocional. Sin embargo, ¿sabía usted que incentivar la actividad física en su hogar contribuye a mejorar el rendimiento escolar y laboral, reduce el estrés, propicia mejores relaciones humanas y hasta el ahorro?
Un estudio realizado por el Hospital de Hartford en Estados Unidos —Papel de la actividad física en la salud cerebral— indica que hacer ejercicio retrasa la muerte de las neuronas y favorece el nacimiento de otras, responsables del aprendizaje y la memoria. Mientras el sedentarismo físico va asociado a un mayor riesgo de deterioro cerebral.
CERO ESTRÉS
Por su parte la nutricionista y especialista en movimiento humano, Raquel Tejada, indica “que sentarse menos y moverse más combate el estrés, es un potente antidepresivo, actúa como una recompensa para el cerebro, nos protege de caer en las adicciones y nos hace sentir bien”.
El estudio estadunidense destaca que existe una relación positiva entre el rendimiento académico y la actividad física. Los niños y adolescentes experimentan una mejora a largo plazo demostrando que cuando se practicaba un ejercicio más intenso se conseguía un mayor impacto en las calificaciones.
“Un estilo de vida activo y saludable es posible practicando actividad física treinta minutos diarios, al menos cinco días a la semana”, destaca Tejada.
TOMAR AGUA
Toda actividad física requiere de hidratación. En ese caso, cualquier tipo de líquido como agua, jugos, leche, gaseosas, té, le mantendrá su organismo hidratado.
“Es importante no dejar de lado una buena nutrición e hidratación. El consumo de todos los grupos alimenticios es importante para el movimiento. Recuerde comer antes, durante y después de ejercitarse”, aconseja la nutricionista Raquel Tejada.
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