14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Somos comunidad

Dios no nos hizo para la soledad. Ya en las primeras páginas de la Biblia Dios se dice a sí mismo: “No es bueno que el hombre esté solo” (Gen 2, 18). Los hombres no somos islas. Nacemos en una comunidad, vivimos en una comunidad, nos desarrollamos y morimos en una comunidad.

Dios no nos hizo para la soledad. Ya en las primeras páginas de la Biblia Dios se dice a sí mismo: “No es bueno que el hombre esté solo” (Gen 2, 18). Los hombres no somos islas. Nacemos en una comunidad, vivimos en una comunidad, nos desarrollamos y morimos en una comunidad. La vida humana se hace imposible en soledad. Todos nos necesitamos los unos a los otros.

Un país no es obra solo de una persona ya que es una obra de todos. Todos tenemos nuestra responsabilidad y nuestro granito de arena que aportar para construirlo y mejorarlo.

La construcción de hombres aislados tiene su raíz y su causa en el mismo seno familiar: la comunidad familiar no solo es obra del papá o de la mamá; la familia es el resultado del trabajo y colaboración de todos. En muchas familias sus miembros convierten el hogar en un frío hotel en el que tienen todos los servicios gratis y en el que nada aportan en beneficio de los demás. Mucha culpa de ello la tienen también los padres que toman, muchas veces actitudes paternalistas: todo lo hacen por los hijos, pero se olvidan que lo que deben hacer es “hacerlo todo con los hijos”. Es en el mismo hogar donde tenemos que aprender a vivir en solidaridad y no en soledad egoísta.

Jesús nos enseña a no convertirnos en “creyentes islas”. Somos una comunidad cuyos miembros están unidos por una misma fe en el Padre común, cuyos miembros estamos unidos con y en una misma misión.

Jesús no quiso “creyentes islas”. Por eso quiso formar una comunidad en la que todos, “de dos en dos” (Mc. 6, 7), vivamos en comunión dando el evangelio a los hombres. Como decía el Concilio Vaticano II: “La vocación cristiana es, por su misma naturaleza, misionera”.

Nuestras Iglesias llegarán a ser verdaderas comunidades cristianas, cuando cambien las relaciones entre los hombres; que todos se vean como iguales y se traten como hermanos. Por eso tienen que vivir como una familia, sin competencias, sin ambiciones. No es tarea para gente solitaria; Jesús los envió de dos en dos, para que se ayudaran, se confortaran, se convalidaran.

Las Iglesias llegarán a ser verdaderas comunidades cristianas cuando sean comunidades en las que todos se sientan responsables de las mismas y juntos vivan la fe y la proclamen, como Jesús se lo dijo a sus discípulos (Mc 6, 7-13). La fe, la vida cristiana es para vivirla y comunicarla, como dice Jesús “de dos en dos”, en comunión responsable con todos (Mc 6,7).

La Iglesia de los primeros siglos fue muy diferente a la nuestra actual. Se sentía, toda ella y todos en ella. Era una comunidad estructurada para llevar buenas noticias al mundo que no conocía a Jesucristo y transformarlo. Esta comunidad estaba feliz de que en ella se dieran muchos carismas, todos ellos en función del servicio. La Iglesia y sus comunidades se unieron como un solo Cuerpo en el que cada órgano tenía su función propia (ICor 12, 4 31)… La Iglesia era una comunidad de creyentes, era la comunión: común unión de todos los bautizados en Cristo.

Jesús no quería ni quiso cristianos islas, sino comunidades de hermanos que viviéramos en comunión y en comunión fuéramos responsables de la misión que ha puesto en nuestras manos.

VIVIR LA FE

Las Iglesias llegarán a ser verdaderas comunidades cristianas cuando sean comunidades en las que todos se sientan responsables de las mismas y juntos vivan la fe y la proclamen, como Jesús se lo dijo a sus discípulos (Mc 6, 7-13). La fe, la vida cristiana es para vivirla y comunicarla, como dice Jesús “de dos en dos”, en comunión responsable con todos (Mc 6,7).

Religión y Fe Comunidad evangelización

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí