Las cárceles de El Chipote, donde funciona la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), representan una vergüenza nacional, por lo que deben cerrarse, aseguró ayer el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, luego de que él y el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, se reunieran en la Curia Arzobispal con Marcos Carmona y Denis Darce, directivos de la Comisión Permanente de los Derechos Humanos (CPDH), institución que lleva a cabo una campaña permanente para que se cierren esas cárceles.
“El cardenal Brenes y yo, en sintonía con la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), apoyamos a la CPDH en el esfuerzo por lograr el cierre de El Chipote. No a la tortura. Las cárceles de El Chipote representan una vergüenza nacional y deben ser cerradas”, aseguró Báez.
La Conferencia Episcopal, el 21 de mayo de 2014, le entregó al presidente inconstitucional Daniel Ortega Saavedra una carta en la que le hacían ver una serie de problemas institucionales y sociales que estaban afectando la armonía del país y en la misma le hacen ver que las cárceles de El Chipote deben cerrarse.
“Indudablemente El Chipote es un símbolo de tortura, es una vergüenza nacional, esto no es cuento, hay muchos testimonios y la CPDH tiene testimonios y también los tenemos los obispos y de primera mano por parte de personas que han sufrido. Creo que sería un signo muy grande a nivel de la historia de Nicaragua el cierre de este espacio nefasto de dolor y de irrespeto a la imagen del ser humano”, afirmó Báez.
No es algo político
El director ejecutivo de la Comisión Permanente de los Derechos Humanos (CPDH), Marcos Carmona, expresó que la iniciativa para cerrar El Chipote no es política, sino que obedece a las innumerables denuncias de tortura y maltrato a personas que han sido llevadas en calidad de detenidos, testimonios, según Carmona, debidamente documentados.
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