Los diversos apodos o sobrenombres que se escuchan en la ciudad de Granada derivan tradicionalmente desde el seno familiar o de los centros escolares, según los estudiosos de este fenómeno muy arraigado en todos los barrios del poblado. Por lo general aquí se reconoce más rápidamente a una persona por el apodo que por su propio nombre.
Personajes ya fallecidos y otros que aún viven llevan sus apodos muy ligados a su vida como una huella digital y estos nacen como referencia de su personalidad y de cómo se desenvuelven en lo cotidiano.
Varios escritores locales y nacionales han dado espacios muy importantes a los apodos en sus libros y recopilaciones. El fallecido escritor Jimmy Avilés hizo una recopilación de apodos de personajes del beisbol local, de los que menciona 67, entre estos:
“Cachirulo”, Humberto Mendoza; “El Látigo”, René Gutiérrez; “Roky”, Gabriel Núñez; “La Panzona”, Róger Velázquez; “Chiquitín”, Orlando García; “El Borrego”, Rogelio Álvarez; “El Pajarito”, Juan Vistuer; “Chapuliche”, Joaquín Portobanco y “El Pequeño Veneno”, José Rodríguez Dueña, entre otros.
Recientemente las autoridades de la Biblioteca Municipal Manolo Cuadra Vega, de la ciudad de Granada, realizaron un estudio en los barrios para recopilar nuevos apodos y además conocer a los personajes. Esta recopilación está disponible para enriquecer el trabajo de los estudiantes y escritores que deseen conocer de ese tema.
Jorge Díaz, director de la biblioteca, dijo que el estudio los llevó a conocer a personajes que no aparecen en los libros de los historiadores. Dijo que motivó este trabajo el interés de los alumnos de la Universidad Hispanoamericana, de hacer su monografía sobre los apodos de Granada.
La investigación se hizo esta vez en los barrios Bartolomé, El Rosario, Calle Nueva, Calle El Cementerio, La Loquera, La Otra Banda, El Tamarindo, El Arsenal, Calle Corral, Calle Morazán, El Ganado, Brisas del Lago, La Hoyada, Villa Progreso, calle La Concepción, El Bolsón, Pozo de Oro, Obispo Ulloa, entre otros.
Los apodos nuevos recopilados van desde 1930 hasta los años noventa, dijo Díaz. Explicó que con este trabajo de recopilación se logró rescatar 130 apodos que estaban desconocidos y otros que ya eran conocidos.
Refirió que hay personajes famosos, como el expresidente doctor Lorenzo Guerrero, originario de Granada, quien trajo la medicina para curar la malaria hace muchas décadas y fue bautizado como el “Doctor Quinina”.
Dijo que el diputado José Antonio Alvarado es apodado el “Doctor Chitoyo” porque según Díaz era muy “hablantín” cuando estaba en edad escolar y la profesora lo mandaba a callar constantemente.
Entre los apodos que refiere Díaz, está la “Chicha Choca”, mote que cargó un familiar de la dueña de la Chichería París.
Según Díaz, la búsqueda de los apodos los llevó hasta investigar el porqué de ese sobrenombre, como el caso de “cara de hambre” un personaje muy conocido en calle Santa Lucía, al que le pusieron ese apodo por tener un cuerpo muy delgado.
Otro apodo es “Las Gallinitas” que se atribuye a unas mujeres que viven en la calle El Tamarindo.
Otros están pendientes de investigar. “Por ejemplo las Arévalo Lacayo, Arévalo Guzmán, los Guerrero, los hijos de doña Amelia Benard, a quienes les dicen ‘La Talla’, ‘La Ñunga’ y otros, que aún no hemos investigado, pero que eran personajes de abolengo de la ciudad”, dijo Jorge Díaz.
En Granada muchas direcciones se basan en los apodos de sus habitantes, como por ejemplo “en la esquina de La Amaliota”. Este personaje popular vendía alimentos frente al antiguo Hospital San Juan de Dios, pero aún después de muerta su apodo sigue vivo entre los granadinos.
Hay apodos que vienen por defectos o por pronunciar mal una palabra y hay otros que surgen en todas las escalas sociales y económicas, pero hay algunos que mueren con la persona y otros que se transmiten de generación en generación.
“Es el caso de la famosa ‘Marucha’, (Mariana Montiel), quien era familiar de varios jugadores de beisbol vinculados al equipo de Granada y que ahora a todos sus descendientes se les conoce como los ‘Marucha’, incluso a su hija Adela, que vende alimentos en el mismo punto donde vendía su mamá, así se le llama”, explica el historiador Fernando López Gutiérrez, apodado como “Chinano”, apodo que salió de su familia cuando sus hermanos pequeños no podían pronunciar el nombre de Fernando.
“La Marucha” fue reconocida por el cantautor nicaragüense Carlos Mejía Godoy, en una de sus canciones y su historia ha sido retomada en escritos de LA PRENSA.
Hay apodos muy jayanes, dicen los estudiosos, como el de “Chico Tripa”. En la actualidad existen dos negocios de venta de frituras muy famosos en la ciudad, cuyos dueños son hijos de don Francisco Martínez Meza, ya fallecido, quien cargaba ese apodo. Los dos negocios llevan este sobrenombre y han calado en la vida comercial de la ciudad incluso se llaman Chico Tripa 1 y Chico Tripa 2.
Según la investigación que hizo Díaz el apodo de “Chico Tripa” surgió de un accidente que tuvo don Francisco Martínez.
Fernando López indicó que en la ciudad se han puesto apodos a dementes, vendedores de alimentos, jugadores de beisbol, escultores, artistas y otros personajes de la alta sociedad.
Comentó que algunos cargan su apodo con orgullo y otros se molestan tanto que han reaccionado con procesos judiciales.
“LA GRAN JUGADA”
Don César Augusto Medrano Mendoza, de 88 años, reconocido como “La Gran Jugada”, dijo que desde hace cincuenta años carga ese apodo. Recuerda que trabajó para un señor que tenía un negocio donde vendían diferentes productos.
“Yo le trabajé al señor Crisanto Adán Balmaceda Álvarez, llegué yo donde él y le dije Crisanto despachame, entonces él dijo sí Juanita despachá la jugada (producto) ya hombré”, recordó don César, asegurando que desde ese momento le encajaron “La Gran Jugada”.
Al preguntarle si le molesta que le digan su apodo, dijo: “No a mí me encanta que me digan ‘La Gran Jugada’”.