Mientras desgrana los pocos frijoles que le dio la producción este año, Petrona Jarquín González piensa en su marido, quien tuvo que partir a Panamá en busca del sustento para la familia, puesto que la agricultura dejó de ser un ingreso para muchas familias en Teustepe, Boaco, a causa de la sequía que ha golpeado durante tres años varias comarcas del municipio.
“Hace seis meses que se fue, porque aquí no ha llovido en tres años y él se dedicaba a la agricultura. Se siente triste uno, pero tiene que hacerse a la idea, porque él es el sustento de la familia y tiene que salir a trabajar para mandarnos un poquito y sobrevivir”, relató Jarquín, quien se entristece al hablar de su marido.
“Por falta de trabajo aquí la gente tiene que migrar”, sentencia Yolanda Hurtado, de la comarca San Jerónimo, quien hace dos años se despidió de su marido a causa de la sequía. Ella, al igual que muchas de las mujeres que han visto partir a sus esposos e hijos, ha quedado a cargo de la producción del maíz, frijol y trigo, pero la recompensa es mínima o nula.
A pesar de la mala racha en la producción, Hurtado asegura que “seguimos insistiendo en la cosecha, aunque de un quintal de frijol sembrado apenas saquemos medio quintal y a veces nada. Nosotros sobrevivimos de lo que él (su marido) nos manda”.
LOS QUE MIGRAN POR TEMPORADA
Por su parte, Wensa González, de la comarca El Bramadero, ha decidido migrar con su marido y sus hijos hacia Costa Rica, generalmente tres meses, cada año. “La situación ha sido mala estos tres años y por eso nos tenemos que ir a cortar café por tres meses, porque la economía aquí no da para sobrevivir”, comentó.
Según González, la mayoría de pobladores se va a cortar café fuera del país. “En diciembre nos vamos todos, en las casas solo quedan dos personas o una, cuando por lo general hay siete personas, porque aquí no hay invierno ni producción y con lo que ganamos allá nos da para comer y comprarle los útiles escolares a nuestros hijos”, agregó.
Arcadia Valerio, quien hace 78 años vive en la comarca El Aguacate, rememora los tiempos más difíciles que han tenido en estas comunidades. “Cuando estaba joven sufrimos una sequía muy dura, no se conseguía ni maíz, solo un trigo negro. Ahora no se ha sufrido así, pero sufre el bolsillo y se han sufrido las pérdidas de los hijos que se van al extranjero”, relató Valerio, quien le ha dicho adiós a tres de sus hijos que se han marchado a Costa Rica en busca del sustento.
Muchas de estas familias encontraron el progreso en las remesas que envían sus familiares y la mayoría ha mejorado o construido sus viviendas.
“La mayoría de casas aquí son ganadas en Costa Rica. Los muchachos se han tenido que ir, uno se siente triste que se le vayan los hijos. Nosotros seguimos probando a ver si la tierra da algo, la vida es tan dura que uno quisiera mejorar, pero en estas situaciones no se puede”, comentó Petrona Sequeira, pobladora de El Aguacate.
MIGRACIONES HAN AUMENTADO
Para Ángel Escobar, enlace de la Asociación para el Desarrollo Municipal (ADM) que trabaja en estas comunidades, el fenómeno de la migración inició en 2013, pero a baja escala y en 2014 la cifra se duplicó.
Según Escobar, a través de sus grupos de incidencia ADM trató de hacer un conteo de cuántas personas migraban. “Ya para 2015 el número era alarmante, se iban familias completas, se empezaron a ir las muchachas a trabajar de domésticas, tuvieron que dejar sus estudios de secundaria o universitarios. Entre el 2013 y este año la diferencia de migración es de un 80 por ciento”, detalló.
Señaló que las organizaciones internacionales que apoyaban estas comunidades ya no tienen incidencia. “Estas ONG ya no vienen porque no se sienten respaldadas por las instituciones estatales, recordemos que ahorita la situación es delicada en ese asunto y tal vez ellos no quieren meterse a problemas”, mencionó.
La sequía ha sido el factor principal de esa migración, ha empujado a la gente a salir del país, pero también está la accesibilidad a las comunidades, la salud de las mismas, la escasez de agua, energía eléctrica…” Ángel Escobar, enlace de la Asociación para el Desarrollo Municipal (ADM).