Monseñor Silvio Fonseca, vicario de Familia, Vida e Infancia de la Arquidiócesis de Managua, aseguró este lunes que Nicaragua “vive una represión nunca vista en su historia” y que esta es una política gubernamental contra sus ciudadanos.
“Hay una política terrorista legitimada (por las autoridades). Estamos en manos de delincuentes en este país. El mundo lo ha dicho ya… ¡basta ya de tanta violación, de tanto terror contra los nicaragüenses!”, demandó el religioso.
Desde abril pasado, la ciudadanía se rebeló cívicamente contra el gobierno de Daniel Ortega, al que demandan su renuncia.
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La respuesta gubernamental fue un ataque sistemático, desde entonces, que ha dejado al menos 448 muertos, según organismos de derechos humanos.
De acuerdo con Fonseca, la situación que vive el país ha impactado en la opinión pública mundial, a quien se ha denunciado que paramilitares y policías han sido los protagonistas de la represión oficial.
“Los nicaragüenses y el mundo están horrorizados de lo que está pasando en nuestro país. Nunca se había vivido esto. Esas torturas, agresiones, amenazas contra la convivencia pacífica. Es decir, estamos viviendo una película de terror en Nicaragua. No es necesario ir al cine para darte cuenta de una película de terror, aquí lo vivimos en Nicaragua y no para. Y eso pone en riesgo el futuro del país”, aseguró el religioso.
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El pasado 18 de julio, 21 de 35 países la Organización de Estados Americanos condenaron la violencia impuesta por el régimen de Ortega que no acepta la crítica internacional y lo ve como injerencismo. A juicio de Fonseca, el terror gubernamental es una práctica común contra los manifestantes que han expresado su inconformidad con Ortega.
Régimen de terror
“Desgraciadamente se ha institucionalizado un régimen de terror donde las personas que se expresan pacíficamente son agredidas. Los jóvenes tienen terror salir de sus casas porque los pueden capturar a cualquier hora y luego ponerles causales injustas”, lamentó el prelado.
El religioso expresó que las capturas y la represión se viven de manera normal en Nicaragua. “Lo normal aquí es que te echen preso, que te sigan reprimiendo”, insistió el religioso.
Iglesia católica bajo ataque
Durante la crisis, provocada por la represión del Gobierno, la Conferencia Episcopal de Nicaragua y los sacerdotes a nivel territorial se han solidarizado con la población.
Recientemente el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, confirmó que en julio pasado el sacerdote Pedro Méndez, de la parroquia Santa María Magdalena en el barrio indígena de Monimbó, Masaya, fue atacado por encapuchados. Los testimonios en el sitio confirmaron que fue agredido dentro de la parroquia.
El fin de semana reciente se conoció que otro sacerdote en Corinto, Chinandega, fue asediado por encapuchados pro gobierno. Se trata del padre Eduardo Carrillo. Además de las agresiones a sacerdotes, la Iglesia en general sufrió recortes del aporte del Estado a su labor social, lo que es interpretado como una venganza.
Diálogo estancado
Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua actúan como mediadores y testigos en el Diálogo Nacional desde el 16 de mayo pasado, cuando iniciaron las conversaciones entre el Ejecutivo y la sociedad civil. Sin embargo, las conversaciones se encuentran estancadas por la falta de voluntad del Gobierno, que además ha acusado a los religiosos de participar en un supuesto golpe de Estado que es como Daniel Ortega describe los reclamos de la ciudadanía, expresados en manifestaciones en las calles.