El beisbol golpea la cara de la lógica nuevamente. ¡Sí, créanlo! el equipo que inició la temporada perdiendo 31 juegos y ganando 19, que no contó con su máxima figura (Bryce Harper) cuando firmó con Filadelfia, qué estaba a ocho outs de ser eliminados por los Cerveceros de Milwaukee en el desafío por el comodín , que le dejaba el tren estando atrás en la Serie Mundial (3-2) con la soga al cuello y el corazón paralizado con Justin Verlander al frente en el sexto juego. Ese equipo se coronó saltando dificultades, consagrando su épica, brindándolo el primer título a la ciudad de Washington como franquicia y haciendo ver pequeño al mejor conjunto de la pelota en la actualidad: los Astros de Houston, pero ¿Cómo fue posible?
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Strasburg más que Verlander
El derecho Stephen Strasburg se convirtió en el jugador más determinante del equipo. Hizo ver pequeño al estelar abridor rival Justin Verlander en el juego dos, pero sobretodo en el sexto. Ese duelo con la serie 3-2 y los Astros despertando del letargo ofensivo en el que estaban parecían imparables, ya habían activado su modo crucero al ganar tres partidos consecutivos y colocarse a uno de la corona. Sin embargo, Strasburg los detuvo lanzando 8.1 entradas para solo dos anotaciones, ganando 7-2 el desafío.
Soto y Rendón espectaculares, Kendrick el arma secreta
Un muchacho dominicano, de apenas 21 años cumplido, que empezando la serie no podía siquiera celebrar con champaña, se convirtió en el motor ofensivo, esa bujía que irrespetaba a todo pitcher que tuviera en frente. Sacudió a Cole con cuadrangular, empujó siete carreras y bateó .333 de promedio. Su nombre es Juan Soto y aunque todavía gana el salario mínimo : 578,300 dólares, su nombre ya es historia en Washington. Anthony Rendón, candidato a MVP en la temporada regular, respaldó a Soto. Rendón conectó dos jonrones, siendo en los juegos seis y siete e impulsó ocho carreras (seis en los últimos dos partidos). Además, Kendrick se proclamó como el arma secreta porque no solo conectó el jonrón que mató a los Dodgers de Los Ángeles, sino que este miércoles definió el encuentro girando el marcador con un vuela cerca.
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Relevo se cae, el bateo se estanca
En la resurrección de Houston después de estar 2-0 en la serie, solamente permitió en los siguientes tres partidos una carrera por juego. Todo estaba saliendo perfecto, tanto el bateo como el pitcheo. No obstante, en el sexto y séptimo duelo se cayó el pitcheo de relevo: Osuna, Harris, Smith y Peacock se diluyeron en los momentos grandes, no pudiendo sostener el duelo tras la salida del abridor. También el bateo se amarró anotando cuatro carreras en las últimas 18 entradas.
Washington con un equipo inferior hizo lo que los Yanquis no pudieron, vivieron un mes de octubre color rosa y, ahora, toca llenarse de vino, fiestas y un anillo glorioso en sus manos.