Fue una escena dramática de esas que provocan sorpresa y susto al mismo tiempo. El árbitro principal del juego entre Bóer y Estelí se desvaneció en el cuarto inning del segundo juego de la serie. Héctor Rayo actuaba cada vez más lento cuando cantaba las bolas y los strikes, hasta que en ese episodio no pudo más y decretó un tiempo para alejarse del plato y caer de rodillas en el césped del Estadio Nacional Dennis Martínez. Janior Montes, receptor del Bóer, acudió rápidamente a su auxilio, luego apareció Ramón Flores, ambos sin ninguna protección. Y en medio de la pandemia que se vive y la irresponsabilidad de la dictadura Ortega-Murillo en mantener los eventos deportivos para aparentar normalidad convirtiendo el deporte en un foco de contagio del Covid-19, se creyó lo peor. No obstante, el mismo árbitro conversó con LA PRENSA y asegura que no tiene el virus.
“Lo que ocurrió es que se me subió la presión. Yo no padezco de diabetes ni de otra enfermedad. Sin embargo fue mi culpa, un descuido porque no me tomé la pastilla para la presión. Ya tengo 54 años”, explica Rayo, quien al momento de la llamada señaló que le estaban tomando nuevamente la presión en su casa: “Seguramente va a volver a salir alta por el calor, pero estoy bien”.
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Según cuenta Rayo, “los médicos del Bóer y de Estelí me vieron a lo inmediato. Estuvieron conmigo en el vestidor y en cuanto me dieron la pastilla se me controló el problema. Sin embargo, no me dejaron ir hasta que terminó el partido y mi esposa me llegó a traer. Yo tomo diariamente Losartán”.
No es la primera vez
Rayo confiesa que no es la primera vez que le ha ocurrido un desvanecimiento así mientras está detrás del plato. “Recuerdo que en el Estadio Nacional viejo, en un campeonato de campeones de Mayor A, se me disparó también la presión. Hay varios factores, pero el principal es por el calor. Estar bajo el sol con máscara, peto, rodillera y el uniforme provoca mucho calor”.
Rayo relata que tiene 27 años siendo árbitro y 20 siendo de home plate (el principal). Actualmente no sabe cuándo volverá a estar detrás del plato porque dice: “Primero debo ir al hospital en la semana para que me evalúe mi doctor y mire si debo aumentar o no mi medicación, dependerá de eso mi regreso al terreno de juego”, concluye el encargado de impartir justicia quien se escuchaba animado: “Ni gripe me da, soy un tipo sano. La que estaba muy angustiada por todo lo que se decía era mi esposa”.