Para los críticos y analistas políticos todas las piezas están colocadas para que en este mes de octubre se den más sanciones para la dictadura de Nicaragua y aseguran que el recrudecimiento de la represión, asedio y hostigamiento a los opositores, se debe sencillamente a que el dictador Daniel Ortega también lo sabe.
Además de la tentativa de más sanciones de Estados Unidos, es un hecho que en octubre (20 y 21) se espera la reunión de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), con el tema de Nicaragua en su agenda. Desde hace más de un año, este foro interamericano tiene abierto el proceso de aplicación del artículo 20 de la Carta Democrática al Estado de Nicaragua y en ese proceso ha reconocido una ruptura del orden constitucional en el país, constatado por una Comisión especial de la OEA.
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A partir de este jueves primero de octubre, el Parlamento de la Unión Europea hizo su primer movimiento. El eurodiputado José Ramón Bauzá anunció que debatirán el próximo 8 de octubre el paquete de iniciativas de ley que el régimen orteguista ha propuesto en las últimas semanas para castigar a los opositores en el país. Además, los eurodiputados discutirán una moción de resolución que contempla sanciones.
El sociólogo Óscar René Vargas manifestó que lo que hemos visto en las últimas semanas: incremento de asedios, amenazas, detenciones, iniciativas de leyes de censura, confiscaciones y control, significan que Ortega sabe que tendrá que negociar y está recogiendo los elementos para subir la parada.
“Ortega sabe que hay un peligro real de que el gobierno de (Donald) Trump incremente las sanciones contra él o su gobierno. Ante eso, él sabe también que la única salida que tiene, por la crisis económica que se profundiza, por la crisis de la pandemia que no lo resuelve y la crisis política y social, es negociar”, dijo el sociólogo.
Hasta ahora 22 funcionarios y familiares del dictador han sido sancionados, entre ellos su esposa, tres hijos, su consuegro y jefe de la Policía, el jefe del Ejército, el presidente de la Asamblea Nacional, el ministro de Hacienda y Crédito Público. Las sanciones estadounidenses también han alcanzado a ocho entidades nicaragüenses. La molestia de Ortega por las sanciones es evidente, porque siempre se queja de estas medidas en sus discursos y pide que las retiren.
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Vargas observó que este octubre es un mes crítico en Estados Unidos, un momento en el que el presidente Donald Trump querrá demostrar su fuerza política, en un fenómeno que se le ha dado en nombre de la “sorpresa de octubre”.
El teórico y analista político de origen alemán, Heinz Dieterich, conocido además por defender el Socialismo del siglo XXI –aunque no la versión venezolana–, explicó en su artículo “¿Guerra civil en EEUU? ¿Invasión militar a Venezuela? La ‘Sorpresa de octubre’ de Trump”, que cuando un candidato presidencial estadounidense teme perder el poder o no ganarlo, recurre a “operaciones criminales electorales para usurpar la presidencia”.
El analista político y exembajador de Nicaragua ante la ONU, Julio Icaza Gallard, explicó que la llamada “sorpresa de octubre” se refiere a decisiones o hechos, programados o accidentales, que pueden variar el curso de la contienda electoral en los EE.UU.
“Puede tratarse de una decisión en materia de política internacional o la revelación de algún asunto interno, etc. Mucho se ha especulado acerca de la necesidad de Trump de garantizarse un triunfo en el Estado de la Florida, para lo que algún tipo de acción extraordinaria dirigida a ganar el voto latino no podría descartarse. En tal sentido se especula sobre posibles acciones relacionadas con Venezuela o Nicaragua. Pero nada, por el momento, indica que la Administración Trump esté pensando en ese tipo de acciones, aun cuando sus voceros siempre han repetido que todas las opciones se encuentran sobre la mesa”, explicó.
Particularmente sobre Nicaragua, Icaza ve “muy poco probable sorpresas” sobre este país, aunque el exdiplomático reconoce que en política cualquier cosa puede suceder. “La deriva represiva en curso de Ortega podría llevarlo a cometer errores que le pueden costar caro”, agregó el exdiplomático.
El exembajador de Nicaragua ante Costa Rica, Mauricio Díaz, considera que todas las acciones de Ortega son parte de su naturaleza represiva, más que una motivación externa. “El gobierno de Nicaragua para mí simplemente está haciendo lo que quiere, está demostrando que no hay fuerza capaz de pararlo ni interna ni internacional y ya demostró que el sistema internacional no surte efecto: ni las condenas, los llamados, resoluciones, cartas democráticas… no surten efecto cuando se está sustentado en el poder de las armas”, valoró el exdiplomático.
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Ortega quiere estar preparado para todo
Aún así, como el mes de octubre se advierte como una “sorpresa”, Ortega se prepara para todo, asegura el sociólogo Vargas. “Ante estas realidades internacionales, que es el peligro de la sorpresa de octubre, y eso incluye la posibilidad de que en la OEA tomen alguna medida en contra de él, entonces ante la descomposición económica que hay, Ortega sabe que su negociación es inevitable y por lo tanto él sube la parada. Es decir, si antes tenía cinco elementos, ahora tiene diez para negociar, y entre las fichas que va a negociar está la cadena perpetua, la persecución a los periodistas, la persecución a la empresa privada, la ley de agentes extranjeros. Todos esos son elementos que le permiten prepararse para una negociación”, aseveró el sociólogo.
¿Por qué no negociar desde ahora? “Porque Ortega negocia al filo del abismo, como le enseñaron los asesores soviéticos en los años ochenta”, dijo Vargas, quien en el pasado fue ideólogo cercano al dictador.