La primera dama y vicepresidenta designada de Nicaragua, Rosario Murillo, evocó este martes los acontecimientos de 2018 para lanzar una serie de insultos a los opositores que se manifestaron contra el régimen de su esposo, sin mencionar la represión armada contra las protestas civiles que dejaron más de 300 muertos ese año.
“Mientras nosotros trabajábamos para apagar fuegos malignos, otros incendiaban y unos cuantos, qué atrevimiento, qué osadía, sin perdón de Dios, pegaban fuego a centros técnicos, a centros de estudio, a oficinas, a hospitales y centros de salud. No podemos olvidarlo y veíamos los camiones, y veíamos a los compañeros bomberos y nos acordábamos de esos días innobles, como innobles son los que cometieron esos crímenes”, manifestó Murillo al hablar en el acto del 41 aniversario del Ministerio de Gobernación, que se realizó este lunes.
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Para Murillo, las protestas civiles contra el régimen de Ortega fueron por “avaricia, ambición, locura, criminalidad y el terrorismo que se apoderó de unos cuantos malos hijos de Nicaragua”. Sin embargo, es el esposo de Murillo, el dictador Daniel Ortega, quien se ha mantenido en el poder desde 2007 a través de fraudes electorales, manipulación de las leyes, concentración del poder, agresiones y represión armada.
La dictadura de Ortega se ha caracterizado por la violencia, la represión armada, la brutalidad policial, los asesinatos cometidos por sus simpatizantes, pero Murillo en sus discursos habla de amor y paz como si viviera en otra realidad.
“Unos caminamos en amor al prójimo, cumpliendo nuestro compromiso cristiano y solidario de servir, y las migas insignificantes e innobles destruían. Cuánta acción destructiva que no tiene perdón de Dios…”, manifestó Murillo.
En 2018 Ortega y Murillo se negaron a responder las demandas de la ciudadanía a través de un diálogo nacional y en cambio contestaron con una brutal represión armada.
En otra parte de su comunicación de este martes, Murillo mencionó que han recogido más de 2 millones de firmas que respaldan una petición de la aplicación de la cadena perpetua a los opositores, como el mismo Ortega dijo el pasado 15 de septiembre.