El presidente del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) en funciones y diputado, Miguel Rosales, le pidió este viernes a través de un video al caudillo de ese partido, el expresidente Arnoldo Alemán Lacayo, que deponga voluntariamente el cargo de presidente honorario del PLC.
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“Estoy proponiendo al expresidente de la República de Nicaragua, al doctor Arnoldo Alemán, que deponga voluntariamente el cargo de presidente honorario del PLC y que con ello cerremos un ciclo histórico del liberalismo y empecemos un nuevo ciclo histórico de un liberalismo nuevo, un liberalismo que esté a la altura de las demandas de las necesidades y de las expectativas de los nicaragüenses”, dice Rosales en el video. También divulgó un pronunciamiento con esta nueva posición y tres planteamientos más.
Hasta hoy Rosales era visto como uno de los más leales a Alemán, tanto así que fue nombrado presidente del PLC en reemplazo de María Haydeé Osuna, quien no aceptó este cambio, razón que originó la litis actual del partido.
Arnoldo Alemán es un personaje que arrastra un pasado de acusaciones de corrupción durante su gobierno (1997-2002) y los señalamientos de haber pactado con Daniel Ortega, lo que permitió que éste último regresara al poder en 2007, donde se han mantenido durante los últimos 13 años gobernando de forma autoritaria y represiva.
Rosales manifiesta que “para resolver la litis interna del PLC”, la diputada y representante legal del partido, María Haydee Osuna debe aceptar la realización de una Gran Convención Nacional Extraordinaria en el transcurso de los próximos 60 días; convocándose a los convencionales PLC del año 2019 y retirando de previo los recursos e impugnaciones en el Consejo Supremo Electoral (CSE)”.
El diputado reiteró su propuesta de hacer la elección en la Gran Convención Nacional Extraordinaria del nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN) sea cargo por cargo, sin utilizar el tradicional método de planchas y permitir así a los convencionales elegir libremente a las nuevas autoridades nacionales del partido.
Y por último, pide a todas las organizaciones o expresiones políticas de origen o ideología liberal, aceptar un proceso inmediato de acercamiento y diálogo, “para establecer las bases institucionales urgentes e impostergables del reencuentro y la reunificación del liberalismo nicaragüense en un solo quehacer político, el Partido Liberal sin distingo alguno”.
El partido rojo atraviesa una litis interna por la falta de prácticas democráticas para elegir a sus directivos. Actualmente el PLC está dividido entre los leales a Alemán y los que siguen a la presidenta depuesta María Haydeé Osuna. Estos últimos, llevaron la litis ante el Consejo Supremo Electoral (CSE), una institución que responde a los intereses del régimen de Daniel Ortega y que resuelve los conflictos que llegan a sus manos a conveniencia del régimen orteguista.
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La mayor presión para que el PLC resuelva esta crisis, ha sido de los miembros de la Coalición Nacional (), un espacio que tiene el objetivo de reunir a todas las fuerzas opositoras al régimen de Ortega. Sin embargo, los conflictos del PLC y la influencia de Alemán en ese partido, dejan ver que no es una organización democrática como se espera, lo que provocó que algunos miembros de la CN pidieran suspender al partido rojo.