14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

¿Quo Vadis Bergoglio?

Francisco Iro. recién mostró otras contradicciones propias de su derrotero. Esta vez se trata de la propiedad y (principalmente) de la vida. Cuestionando el derecho absoluto de la propiedad privada, el papa nada añadió a Santo Tomás de Aquino (S. XII) quien afirmó: Solo administramos nuestros bienes. Estos deben servir a la comunidad y a Dios. (Santo Tomás no condenó el dominio privado). (También las Constituciones políticas limitan la propiedad privada por utilidad social, o interés público). Este papa fue más allá: satanizó a la propiedad y omitió mandatos bíblicos pertinentes: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”, o la parábola de los talentos cuyo dueño solo premió al que los usó productivamente. Retrotrayéndose a la creación planetaria, el papa mencionó “el destino universal de los bienes”, callando que la naturaleza exige trabajarla para dar frutos.

Evidentemente, los reclamos contra las desigualdades inhumanas son legítimos. Pero estas no solamente nacen de la propiedad privada, maligna a los ojos marx-pontificios que no valoran la disciplina, ni la capacidad. En cambio, el papa —cuando incursiona en temas socio-políticos— calla que las funciones sociales también originan clases. Este antiquísimo fenómeno se comprobó modernamente en sistemas sin propiedad privada. (URSS, Cuba, Nor-Corea, etc.). Para colmo, el papa (comprometido ideológicamente) guarda silencio ante crímenes como los del régimen narco-socialista venezolano, de su mafia billonaria, el hambre del pueblo, el doliente éxodo que ya alcanzó cinco millones de almas. Las contradicciones bergoglianas son continuas. Critica la propiedad privada, pero concuerda con la agenda globalista de las mafias financieras (las más ricas del planeta) ejemplificadas por vampiros como Soros.

Esto nos lleva al tema de la vida.

El papa Bergoglio se congratuló del debatido resultado electoral norteamericano. Apresuradamente felicitó al vicepresidente Biden. (Hasta repitió el lema de campaña del partido Demócrata). Este asunto va mucho más allá de si Trump es “odioso y malo” y Biden “simpático y bueno”: Biden está apoyado por poderosísimos círculos financieros, por las mayores empresas comerciales e industriales, por el oligopio informativo, por la élite drogadicta hollywoodense, nido del relativismo —incluida la ideología de género, antifamilia y antiheterosexual—. ¡Menudo representante de los pobres! Pero lo más grave desde el punto ético-cristiano es que Biden apoya, desde la época de Hussein Obama, el aborto indiscriminado. Organizaciones como Planned Parenthood (millones de abortos, grandes negocios con tejidos de las indefensas víctimas) apoyan militantemente a Biden. Frente a ello: ¿Cuál es la agenda bergogliana? ¿No es la vida el más importante y básico de los derechos a la luz del Evangelio y de la virtual totalidad de las corrientes filosófico-políticas? ¿Importa más la propiedad, privada o colectiva?

Cerrando 2020 el Vaticano instaló un Belén monstruoso, alejado de la estética espiritual navideña. ¿Bergoglio procura una religión global politeísta, con dioses telúricos como la Pacha Mama que homenajeó? ¿Desarticulará a la Iglesia con sus acompañantes, dividiéndola? ¿Hacia dónde camina?

El autor es Doctor (Ph.D), en Estudios Internacionales.

Opinión Iglesia Católica Papa Francisco
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí