Primera y última evocación contra el miedo
A Julie Vallejo
Yo también
recuerdo a mi madre.
Me da miedo evocarla
a como quiso ser un día.
Pensó en los desaires
que provocaba
la maternidad prematura,
pero no fue obstáculo
para que enrollase la cuerda
de la caja de música
en la silla mecedora.
Llegó a un asilo de ancianos
muerta de miedo:
La guerra la sorprendió
en el parto.
Un día las calles quedaron
desiertas
de mujeres tristes
que sonreían
por haber visto morir el miedo
en sus pechos.
Y todavía hay misterios de goteras
que caen en la garganta
del niño muerto:
—el invierno que lejos llegó
de las colinas de sal.
Mi ciudad se encendió
luego que las rocas
fueron manchadas de sangre,
los hombres y mujeres
olvidaron que la paz
era la gloria perdida de los años
y que entonces,
la revolución de los miedos
era el triunfo sepultado
en el vientre de las madres solteras.
Confesión de una mujer cualquiera
A Regina
Mamá está orgullosa de mí
porque a mis veinte años
no he probado
ni una sola gota de alcohol
por eso cedió
darme permiso
de venir a este mundo.
Lo que ella no sabe
(qué tristeza mamá)
es que el orgullo que siente
por la ingenuidad
que Dios le imprimió en su frente
se proyecta en la falta de confianza
de ese doble mía
que anuncia la llegada
de la siguiente ronda de cervezas.
Un hombre canta y recuerda
He aquí un hombre que canta
y recuerda.
Aris Disteos
A Salvador Cardenal
Por aquí vimos pasar
a los niños
que ahora son viejos.
Ya sé que el tiempo
es un joven avaro
que acusa a los buenos hombres:
Antes que naciéramos
eran infantes felices
jugando a la guerra
con soldados de barro.
Hice dormir al día
en el bolsillo de mi pantalón
y desde entonces
la noche construyó
casa en mi cuerpo.
Dejé desvanecer a las mujeres
que venían a mi encuentro
cuando torpe y sordo de corazón
preguntaban por el amor
que un día perdieron
por temor a lo ignorado.
Hace tiempo que olvidé el horror
y la lástima
porque el antiguo silencio
dibujado en las hojas de los árboles
era la vida del hombre
que en esta ciega tarde
canta y murmura su orfandad.
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