Isidro Rodríguez Silva
Darío siempre es el más reciente libro de Carlos Tünnermann Bernheim, que viene a sumarse a la extensa y enjundiosa bibliografía dariana. Este texto reúne veinte estudios (muchos de ellos publicados en La Prensa Literaria) prolíficos y aclaratorios de la vida y obra del más grande poeta nicaragüense, que demuestra una sistemática investigación; ya que para Tünnermann existe: “Una vigencia y actualidad del magisterio dariano”. Pero sobre todo, Darío es: “Un puente hacia el siglo XXI”.
Dos artículos están dedicados a la vida de Rubén. Un testimonio del nacimiento de Darío, que incluso no aparece en La dramática vida de Rubén Darío del profesor Edelberto Torres, y en su Autobiografía , gracias a la narración de doña Esther Mendoza, que vio nacer al poeta. El segundo cuenta la entrañable amistad de Darío y doña Fidelina Santiago de Castro, a quien el poeta le escribió un famoso madrigal en uno de sus abanicos.
Tres estudios críticos relacionan a Rubén Darío con personajes del arte y la cultura. Uno de ellos es el pintor mexicano Ángel Zárraga, autor de obras maestras de la pintura latinoamericana a como son los lienzos El don y Ex voto , a quien Darío ayudó cuando fue cónsul de Nicaragua en París. También se refiere a Ibsen, al que el poeta llamó El viejecito portentoso , y que gracias a su obra dramática, cuando con Casa de muñecas , revolucionó el teatro moderno, siendo Darío el primero en reconocer su aporte al teatro contemporáneo, en su libro Los Raros . El VI capítulo hace un comentario a la relación del poeta con Fray Mamerto Esquiú, quien fue obispo de la ciudad de Córdoba, Argentina, y que está en proceso de beatificación, y quien el poeta conoció en septiembre de 1886 cuando viajó a Córdoba para recibir un homenaje de El Ateneo de esa ciudad.
Cuatro capítulos están dedicados al centenario de obras darianas. El centenario de Cantos de vida y esperanza . Los cisnes y otros poemas , que en palabras de Tünnermann: “Sería suficiente para consagrarlo como el más alto poeta en lengua española de todos los tiempos”. El centenario de El canto errante , con el cual Darío inicia el versolibrismo, donde Darío afirma: “No hay escuela, hay poetas. El verdadero artista comprende todas las maneras y halla la belleza bajo todas las formas”.
El centenario de Poema del otoño y de Canto a la Argentina . En el primero Carlos Tünnermann destaca el valor lírico, así como su “dimensión de interioridad”. En cambio, para nuestro crítico, Canto a la Argentina , compuesto por 1,001 versos y encargado por el diario La Nación, para el primer centenario de la Independencia de la Argentina, es valorado como: “Una de las joyas más preciosas del rico tesoro poético dariano”. Concluye con el centenario de la célebre publicación de la Revista de América , editada en Buenos Aires por Darío, y que fue en su momento el primer órgano de difusión de estética modernista.
Cinco capítulos recapitulan a Darío y su relación socio-cultural: Darío y el futuro de Nicaragua , donde examina como periodista la situación educativa de Nicaragua en ese contexto histórico. Rubén Darío y la política , expone el pensamiento liberal y su percepción de la política nicaragüense. Rubén Darío símbolo del mestizaje , del que Tünnermann afirma: “Rubén Darío fue el primero y más persistente, en el propósito de rescatar el ‘otro lado’ de nuestro ser, el lado aborigen y su aporte al enriquecimiento de nuestra cultura”. El legado dariano , que es la rica herencia poética y estética que nos heredó Darío, y termina con la faceta de Darío como periodista y cronista.
Carlos Tünnermann Bernheim ha publicado: Estudios Darianos (1997); La paideia en Rubén Darío (1997); Rubén Darío maestro de la crónica (2002); Rubén Darío puente del siglo XXI (2003); Rubén Darío y la generación del 98 (2004). Con Darío Siempre (2010) no sólo profundiza en diferentes facetas en el ámbito de la vida y el impacto de la obra del poeta, sobre todo, y es lo más importante, demuestra la vigencia perpetua de Rubén Darío, a como Tünnermann sentencia en su libro, Rubén Darío puente hacia el siglo XXI : “Un testimonio tan humano no lo podrá derrumbar el tiempo”.
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