DRA. MARÍA LUZ ANDRÉ
MÉDICO NUTRICIONISTA CLÍNICO
El insomnio, la retención de líquidos, el aumento de peso y la constipación son patologías que normalmente creemos que no tienen ninguna relación.
El estreñimiento, que lo podemos definir como la evacuación de heces fecales escasas, inconstante y con mucho esfuerzo, implica la acumulación de un sinnúmero de tóxicos en nuestro organismo.
Cuando nosotros no eliminamos las toxinas diariamente a través de las heces, como es lo recomendable y saludable, significa que parte de esos tóxicos se queda dentro de nuestro organismo y pueden ocasionar daño.
En muchos casos, todo lo anteriormente dicho está relacionado con la dificultad para conciliar el sueño. Al tener insomnio el hígado se ve afectado, ya que es el responsable de fabricar la bilis necesaria para emulsionar la grasa de la dieta e introducirla en el bolo fecal para ser expulsada a través de las heces.
Esto significa que cuando no dormimos bien no producimos suficiente bilis y no eliminamos toda la grasa de la dieta a través de las heces.
El resultado de la no eliminación de la grasa a causa del insomnio, aumenta el peso corporal y este porcentaje de grasa se va a depositar en las zonas genéticas de nuestro cuerpo.
Por otro lado, el resultado de la no eliminación de toxinas a través de las heces implica un exceso de ellas en nuestra sangre, y estas se acumularán en nuestras células grasas y van a producir una retención de líquidos en todo el organismo.
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