Carla Fjeld
PhD en Nutrición Humana
Una clave es darle tiempo al paladar para cambiar. Si bien puede ser difícil al principio, para saltar la pieza de torta por la tarde o papas fritas con el almuerzo, su paladar se adapta a una variedad de nuevos sabores y se pierde poco a poco su gusto por los alimentos excesivamente dulces y salados si lo intenta entrenar.
Pero la clave es que hay que volver a entrenar el cerebro. Y eso no lo puede hacer de un solo, ya que es un proceso.
Se trata de escoger unos alimentos naturales que más le guste y darle a la mente el tiempo de reconocer las cualidades y dar las señales de placer al cerebro.
Su cerebro, que recibe señales de placer, entonces más adelante se moverá a buscar la comida sana más y más y, al mismo tiempo, le ayudará a rechazar la comida dañosa. Pero se requiere de entrenamiento y tiempo.
Sugiero que escoja algo nuevo como una bebida de vegetales, o una nueva ensalada que nunca haya probado, pero con el aderezo de sabores complejos de ingredientes naturales, no de paquetes o botellas, y tome el tiempo para prestar atención al sabor y la textura, del mismo modo que se saborea el primer sorbo de un buen vino.
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