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el papa Francisco (i) habla con el presidente de Ecuador, Rafael Correa (d), a la llegada del pontífice a ese país latinoamericano. LA PRENSA/EFE

El papa Francisco llega a Ecuador

El papa Francisco llegó este domingo 5 de julio a Quito, capital de Ecuador, la primera parada en su gira latinoamericana, que lo llevará también a Bolivia y Paraguay.

El papa Francisco instó este domingo 5 de julio a los ecuatorianos a fomentar el diálogo y la participación sin exclusiones en su discurso en el aeropuerto de Quito, primera etapa del viaje que le llevará también a Bolivia y Paraguay.

Tras citar a algunos santos del país, Francisco instó al país “a afrontar los desafíos actuales, valorando las diferencias, fomentando el dialogo y la participación sin exclusiones para que los logros en progreso y desarrollo que se están consiguiendo garanticen un futuro mejor para todos”.

Y aseguró al presidente de Ecuador, Rafael Correa, que para todo ello “podrá contar con el compromiso y la colaboración de la Iglesia”.

Francisco fue recibido al pie de la escalerilla del avión por el presidente del país con quien se fundió en un abrazo y con niños vestidos con trajes tradicionales.

Tras escuchar el discurso de Correa, Francisco también exhortó a poner “una especial atención en nuestros hermanos frágiles y en las minorías más vulnerables”, que son “la deuda de América Latina”.

El pontífice comenzó su alocución en el aeropuerto “Mariscal Sucre” agradeciendo a Dios que le haya permitido haber podido regresar a América Latina y estar hoy aquí “en esta hermosa tierra de Ecuador”.

“Siento alegría y gratitud al ver la calurosa bienvenida que me brindan en una muestra del carácter acogedor que tan bien define a las gentes de esta noble Nación”, agregó.

Y aplaudió cómo el “pueblo ecuatoriano se ha puesto de pie con dignidad”.

Recordó además como en pasado había ya visitado en distintas ocasiones “por motivos pastorales” el país y señaló como también en este viaje llega como “testigo de la misericordia de Dios y de la fe en Jesucristo”.

Una fe, destacó, “que durante siglos ha modelado la identidad de ese pueblo y dado tan buenos frutos” y citó a Santa Mariana de Jesús, el santo hermano Miguel Febres, santa Narcisa de Jesús o la beata Mercedes de Jesús Molina, beatificada en Guayaquil hace 30 años durante la visita del papa Juan Pablo II.

“Ellos vivieron la fe con intensidad y entusiasmo y practicando la misericordia contribuyeron, desde distintos ámbitos a mejorar la sociedad ecuatoriana de su tiempo”, dijo el pontífice y fue entonces cuándo animó a los ecuatorianos a seguir su ejemplo.

Francisco confesó que comienza “con ilusión y esperanza” los días que tiene por delante.

Explicó cómo en Ecuador “está en el punto más cercano al espacio exterior: es el Chimborazo, el lugar más cercano al sol, a la luna y a las estrellas” y entonces dijo “que los cristianos identifican a Jesucristo con el sol y a la luna con la Iglesia” y deseó que “en estos días se haga más evidente a todos la cercanía del sol que nace de lo alto”.

“Desde aquí quiero abrazar el Ecuador entero”, exclamó.

Y auguró al pueblo ecuatoriano: “que desde la cima del Chimborazo, hasta las costas del pacífico, desde la selva amazónica, hasta las Islas Galápagos nunca pierdan la capacidad de dar gracias a Dios por lo que hizo y hace por ustedes, la capacidad de proteger lo pequeño y lo sencillo, de cuidar de sus hijos y ancianos, de confiar en la juventud y de maravillarse por la nobleza de su gente y la belleza singular de su país”.

“Su país es un paraíso”, agregó, al referirse al discurso que hizo Correa.

Francisco terminó su discurso desando que “el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, a quienes Ecuador ha sido consagrado, derramen sobre ustedes su gracia y su bendición”.

Correa: “gran pecado social” de América es la injusticia

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, recibió al papa Francisco en el aeropuerto de Quito, donde aseguró que el “gran pecado social” de América es la injusticia.

“Querido Santo Padre, el gran pecado social de nuestra América es la injusticia. ¿Cómo podemos llamarnos el continente más cristiano del mundo siendo a su vez el más desigual?”, se preguntó Correa en su discurso de bienvenida al papa.

El gobernante citó varios apartes de pronunciamientos del papa sobre las causas de la inequidad, mencionó la necesidad de la distribución de la riqueza y subrayó que la pobreza no se eliminará con limosnas sino con justicia.

Se refirió también a la “tragedia” de la migración y dijo no entender “cómo los países ricos, muchos de ellos mayoritariamente cristianos, podrán justificar éticamente a las futuras generaciones la búsqueda cada vez de mayor movilidad para mercancías y capitales, al mismo tiempo que penalizan, e incluso, criminalizan la principal de las movilidades: la movilidad humana”.

“La solución no es más fronteras, es solidaridad, humanidad y crear condiciones de prosperidad y de paz que desincentiven a las personas a migrar”, dijo el jefe de Estado en concordancia con palabras del papa.

“Vivimos una globalización inhumana y cruel, totalmente en función de capital y no de los seres humanos, ya que no busca ciudadanos globales sino tan solo consumidores globales”, añadió al apuntar que el orden mundial “no solo es injusto, es inmoral”.

Para el gobernante, la mejor manera de afrontar ese “injusto orden mundial” es con la unidad de los pueblos.

El mandatario apuntó que busca tener un país “sin miseria pero también sin lujuriosos derroches”, donde se pueda alcanzar el buen vivir para todos.

Boletin Religión y Fe Ecuardor Papa Francisco

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