Hace 24 años Denis Martínez lanzó un juego perfecto en Grandes Ligas. Era el primer latinoamericano que lo lograba. Nicaragua entera celebró la hazaña y el Gobierno la reconoció declarando mediante un decreto presidencial el 28 de julio como el Día del Deporte Nicaragüense.
En esta entrevista Denis Martínez se entera que, legalmente, ese día no existe más. Que la Asamblea Nacional derogó ese decreto en 2005. “Wow”, dice decepcionado.
Sin embargo, extraoficialmente se sigue celebrando ese gran día. Y revista DOMINGO ha preparado esta edición para reconocerlo.
Martínez tiene ya 61 años y recuerda cómo pasó por un breve período de oscuridad en su carrera por problemas de alcohol, pero también reconoce que con la ayuda de Dios, pudo seguir en su camino a la cumbre. Que fue el primer latinoamericano en lanzar un juego perfecto, el primer nicaragüense en llegar a las Ligas Mayores, uno de los pocos peloteros en jugar 23 temporadas seguidas, uno que nunca faltó a una práctica o un entrenamiento. Eso y más fue Denis Martínez. En esta entrevista habla de sus tiempos de gloria y sus nostalgias, de cómo decidió abrir su corazón hacia los jóvenes para dar charlas motivacionales y qué haría falta para que algún día llegara a ser realmente “Mr. President” de Nicaragua.
Se cumplen 24 años de aquel 28 de julio de 1991. ¿Usted cómo lo celebra?
Muy contento, recordando esos momentos que viví increíblemente triunfoso y agradecido porque todavía lo resaltan y lo sacan a nivel de beisbol de Grandes Ligas. Tenemos eso que, con modestias aparte, fue un triunfo nacional, no solo fue un triunfo de Denis Martínez, que tenemos que celebrarlo, como se celebran otras fechas, que tiran la casa por la ventana. Le han puesto pues el Día del Deporte, pero se necesita hacer algo más, tal vez estoy exigiendo mucho, pero hacer algo, por lo menos para que el niño y el joven se dé cuenta por qué el 28 de julio se llama el Día del Deportista.
Pero ¿sabe usted que la reforma de la Ley General Del Deporte, Educación Física Y Recreación Física (522) derogó el decreto que designaba al 28 de julio como Día del Deportista?
¿Ajá?
Sí. ¿Qué le parece?
Decepcionado. Ideay, imaginate vos. (Silencio) Pero esas son cosas pasajeras, son cosas que el humano quita y pone.
¿Usted cree que sí se debe celebrar el 28 de julio como Día del Deportista?
Es que es una obligación, como yo me siento obligado a venir y dar esas charlas a los niños nicaragüenses. Es que ¡wow! si no entendemos, si no reconocemos, no estimulados a nuestros propios valores, a nuestros propios talentos, estamos mal pues. Es un fracaso eso.
Y es el mayor logro en el deporte de Nicaragua, el juego perfecto…
Bueno, como haya sido, no sé. Vamos a decir, hablando de Denis Martínez, con modestias aparte: ¿qué hizo Denis Martínez en su carrera? Bueno, juego perfecto, entre los ganadores de cien juegos en dos Ligas, cierta cantidad de innings, tanta cantidad de Juegos de Estrellas, fue el primer nicaragüense que llegó a Grandes Ligas, Salón de la Fama en Dominicana… y jugó 23 años en Grandes Ligas, que no muchos y, mundialmente hablando, en el mejor beisbol del mundo, no hay muchos pícheres que han pichado ese tiempo. Entonces, eso debería ser algo valioso para cualquiera, como Dominicana que tiene Luis Tiant, a Pedro Martínez, o en México a Valenzuela, en Puerto a Roberto Clemente. Tal vez yo soy de menor categoría, se podría decir, pero de Nicaragua se puede decir que yo soy el que estoy al lado de esa gente, en mi país.
¿Usted se considera el mejor?
Yo me siento bien, siento que soy el que ha dado lo que más ha podido para representar a este país con honor y orgullo, lo di todo para representarlo.
Históricamente, es el mejor, si…
Bueno, los números hablan.
En cuanto al deporte en Nicaragua… ¿cómo lo ve?
Malo. (Risas). No sé si es bueno o es malo decirlo, porque a veces uno dice la verdad y lo malinterpretan o lo toman de forma incorrecta. A mí me gusta decir la verdad porque es la única forma en que se puede cambiar. La respuesta que yo te daría, por ejemplo, con el beisbol: el beisbol está mal.
¿Por qué?
A nivel internacional: lo que pasó con la Selección en Panamá. ¿Eso se puede catalogar bien? No, malo. En la clasificación del clásico: malo. En cualquier otro torneo: malo. Centroamericanos: bueno, ¿por qué? Porque ahí nadie juega beisbol. Entonces si no somos buenos ahí, estamos malísimo. Y así. La profesional: mala. ¿Por qué? No he visto futuro en esa Liga, al contrario, es un circo para mí. Nuestro talento nicaragüense que necesitaría desarrollarse para poder producir en el extranjero no juega: malo. Las Ligas se hacen con jugadores botados de otros niveles profesionales de Estados Unidos, de Ligas independientes, montón de gordos y fuera de forma: malo. Las bolas con las que juegan: malo y eso ya lo critiqué en un momento, yo que no he bateado por muchos años, agarro esa bola y la saco. Entonces hay muchas cosas que están malas y que necesitan cambiar.
Usted fue mánager de la Selección Nicaragüense de Beisbol hace unos años. Si le ofrecieran otra dirección, en las estructuras del deporte, ministro o algo así… ¿aceptaría?
Si fuera una institución independiente, que el deporte no estuviera involucrado en la política, lo acepto en un cerrar de ojos. Pero si está involucrado bajo la tutela política, nunca.
¿Y optaría para ser “Mr. President”, pero en la realidad?
Ahí ya estás hablando otra cosa. Eso no te puedo responder ahorita, hay que darle tiempo a lo que es del tiempo. Yo solo se le dejo al de arriba.
Usted dijo que en 2011 y en 1993 le habían ofrecido cargos públicos y no aceptó. ¿Sigue en esa postura?
En ese momento vi que esa gente no era seria. Además estaba jugando, estaba activo. Hace como cinco años me llamaron de repente, como faltando dos meses para la cosa esta…
¿Las elecciones?
Pues sí… “Mirá queremos a hacer esto, bla, bla, bla”… y yo digo, esta gente es loca o ¿qué creen de mí?: “Ustedes están seguros de los que están haciendo?”, les dije. Y en resumidas cuentas salieron con otro candidato que ahí terminó y no pasó nada, era minoría. No le vi profundidad a eso. Ahora que estoy más viejo, pienso diferente, veo la situación del país diferente, ha cambiado. Han pasado muchísimas cosas desde el 93, entonces no se sabe lo que puede pasar en el futuro.
¿Podría ser?
Yo nunca me he atrevido a decir “nunca voy a hacer esto”, porque uno nunca sabe, es mejor quedarse callado y esperar lo que el tiempo pueda decidir.
De acuerdo con la realidad de este país ¿qué haría falta para que Denis Martínez diga: bueno sí, voy a correr para presidente?
No sé, no te podría decir.
¿Por qué no?
Porque no sé qué tendría que pasar para tomar esa decisión, yo rezo todos los días para que Dios me indique, me guíe. Hay que estar alerta de las señas, los momentos, las circunstancias, no se sabe.
¿Pero le gustaría?
Estoy abierto, con los ojos bien abiertos a ver cuáles son las señas.
Usted sabe cómo está la situación en el país con el partido de Gobierno, entonces, le repito, ¿qué necesitaría Denis Martínez para lanzarse a una candidatura? ¿Elecciones transparentes, un nuevo Consejo Supremo Electoral, una nueva Asamblea, un nuevo partido…?
Lo que te puedo decir es que yo oigo lo que pasa y estoy al tanto. Pasó un caso en Panamá que asumieron un cargo personas que no son nicaragüenses ¿Lo vez lógico eso? Yo no lo veo lógico. Oigo un caso aquí de una mujer que se llama Kity Monterrey, que estaba propuesta para un cargo y ahí le leyeron una ley que tenía doble nacionalidad y que no se podía, entonces digo yo ¿cómo es esto? Yo soy americano, nacionalizado. Hay reglamentos que exigen que primero tenés que dejar la otra (nacionalidad) y vivir aquí como cuatro años, entonces cuando vean eso, eso quizás va a ser la seña. O tal vez pueda ser otra cosa, quizás renuncie algún día a mi nacionalidad solo porque quiera vivir mis últimos días en Nicaragua, no se sabe, estamos esperando las señas.
Hablemos de su vida… ¿Qué recuerdos atesora de su infancia en Granada?
Yo recuerdo que era un chavalito muy inquieto. Me gustaba jugar mucho el beisbol, jugaba trompo, jugaba bola, esa de canica. Esa era la alegría y la forma en cómo nos entreteníamos nosotros. Y empecé a jugar beisbol con los amigos del barrio cuando tenía como 8 o 9 años, con pelotas de hule y jugábamos de maseada (apuesta), para incentivarnos, para echarle más ganas.
¿Cómo recuerda a sus padres?
No es mucho lo que recuerdo. Mi papá tomaba y a mi mamá no le gustaba que él tomara. Parece que no se llevaban bien, siempre había discusiones, porque es que cuando uno anda tomado llega a la casa y habla cosas imprudentes muchas veces. Lo que sí vi es que mi papá nunca fue violento. Mi madre más que todo me enseñó los valores de la fe, eso le agradezco ahora, porque es lo que me ha dado la fortaleza y a la vez es todo lo que yo tengo, porque recuperé eso que aprendí cuando era un niño.
¿Cómo era su personalidad?
Travieso. Y lo sigo siendo, no he cambiado, sigo siendo pícaro, en el aspecto que no me dejo de nadie, trato de ganarle a todos. Siempre trato de ser competitivo, ser el número uno.
¿Y en el amor cómo fue?
Había sus amigas, ahí (ríe). Pero la única novia oficial que tuve es mi esposa. Fuimos novios cuando yo tenía 17 y ella 14. Y ahí surgió algo, tanto que al año siguiente nos casamos. Fue algo bien prematuro, que no se lo aconsejo a nadie. Ahora que lo veo atrás eso pasó y nos funcionó, porque tenemos 42 años de estar casados, cuatro hijos y seis nietos. Ella dice que ella fue mi luz para que yo resurgiera y se lo acepto porque tiene razón. Sin ella yo no podía haber logrado lo que he logrado, porque ella fue la que me ha podido controlar, soportar, ha sido mi pilar fuerte.
¿Y ahora qué tal es el matrimonio?
Ahora ya estamos solos, los hijos están grandes. Estamos tratando de entretenernos como más podemos, estamos viniendo más a Nicaragua para no estar en un solo lugar, compartimos con nuestras amistades, nos sentimos muy contentos, conociendo a las nuevas generaciones, porque las viejas habían emigrado, por eso ahora me siento contento, antes me sentía extraño en mi propio país, pero ahora me siento más confortable, en eso estamos, buscando qué aportar, quiero seguir siendo útil.
¿Cómo logra manejar su fama? Siempre le toman fotos, le piden autógrafos…
Depende del momento que me cojan, si ando rápido o muy ocupado a veces les digo que no, me voy, pero no les doy muchas explicaciones, a veces esperan que les des explicaciones para poder aceptar que no podés y si no hacés eso entonces sos un pedante, un arrogante, que perepepé y empiezan a hablar de uno. Pero cuando tengo tiempo lo hago con todo gusto.
¿Y eso solo le pasa cuando está en Nicaragua?
No, en todas partes, lo que sí trato siempre es no defraudar al chamaco, no defraudarlo nunca, porque son chamaquitos inocentes, que no te van a juzgar, que no van a pensar mal de vos. Somos los adultos los que somos así, desafortunadamente.
La etapa más difícil de su vida fue el alcoholismo, como usted mismo lo ha dicho en muchas ocasiones y reconociendo que fue Dios quien le ayudó a superarlo. ¿De qué forma lo logró específicamente?
Bueno, ideay… (piensa)… Dios para mí es el único que me ha ayudado porque yo recurrí a él, porque yo fui a buscarlo. Anteriormente, mi comportamiento me había llevado a esa separación. Recuerdo que antes de involucrarme más profundamente en eso (alcoholismo), yo rezaba como me había enseñado mi familia, oraba para comer o al acostarme o cuando pudiera, pero ya los últimos años cuando estalla ese volcán y hace erupción…
¿Su fama?
Sí. Ya entonces ni me acordaba de eso, no me acordaba de Dios, entonces una persona que la recuerdo y la estimo mucho, de allá en Baltimore, me recomendó que rezara y esa fue la pauta, yo sentí que era eso lo que necesitaba e inmediatamente me fui a mi cuarto, me arrodillé, le pedí ayuda a Dios, que me ayudara a resolver el problema que estaba pasando y que yo, mi compromiso con él era que iba a rezar el rosario todos los días. Ahí empezó la sanación.
¿Qué fue lo más difícil de esos años?
Fueron dos o tres años… Hay muchas cosas de que cuando hablamos del problema del alcohol muchas personas nos introducimos a lo peor, a que el alcoholismo es una persona depravada o botada o que hizo lo peor. Pero gracias a Dios en el caso mío no fue así, mi fondo no fue así. Mi fondo fue antes de llegar a eso. Dios me ayudó a recapacitar antes, si yo hubiera llegado hondo, quién sabe dónde estuviera.
¿Entonces hasta dónde llegó su problema?
En lo que me afectó fue en mi trabajo, ya no estaba pichando de la forma en que tenía que pichar, me estaba afectando en la concentración, no estaba dando los resultados que quería. Era porque salíamos después del juego a carnavalear, después de comer era a tomar y ¿qué más ibas a hacer? Si veníamos a un hotel, comías, te metías al bar y a dormir después. No es una vida fácil que te lleva a eso, hay que ser fuerte para evitar caer y yo no pude en esos momentos, me emborrachaba. Eso sí, nunca nadie puede decir que Denis Martínez falló en los juegos o que lo sancionaron por irresponsable, nunca. Esto de los problemas de la bebida te tocan de diferente forma, hay otros que les toca peor, que terminan en la cárcel y roban en las calles, pero pues sí, soy como todos ellos, tengo problemas con la bebida, soy alcohólico en recuperación y llevo 32 años de no tomar. Un día a la vez.
Y hablando de esos tiempos ¿qué fue lo primero que compró con el primer dinero que recibió cuando firmó?
Mi carro, porque yo no tenía. Y un carro en los Estados Unidos es muy importante, y la casa luego, por supuesto. Ese carro era un Camaro, blanco, lo recuerdo muy bien. Fue mi primer vehículo, estamos hablando del 76, y esos eran los carros de esos tiempos. Aunque te digo, lo compré usado, no fue nuevo tampoco, lo compré usado.
¿Ha sido bien ahorrativo usted?
Bueno pues no ahorrativo, sino pensante, se puede decir. Esa también es otra cosa que me ha ayudado a mí, mucha gente me critica que dicen que soy “codo”. En este país, que tenemos esa mala costumbre de que criticamos, ya te dicen que sos agarrado, que sos pinche… No pueden decir: ve ese tipo piensa bien, pues, decirlo con otros términos.
¿Y no es pinche?
No, pues yo gasto. Sí soy gastón, no creás. Me gusta vestirme, me encantan los relojes, tengo mucho de todo. Tengo ropa que incluso me digo a veces: ¿para qué compro tanto si ya tengo mucho y no lo necesito? Pero también busco las mejores ofertas, los días en que hay descuentos. Porque en eso estamos, si un blue jeans cuesta 200 dólares en una gran tienda, pero si en otra, que es de menos categoría, tiene el mismo pantalón por 70, no voy a pagar 200 pues. Entonces eso es.
¿A cuánto ascendió la fortuna de Denis Martínez?
No sé, no me acuerdo. Esas cosas no me gusta responderlas, porque no tiene importancia para mí.
¿Mucho sí?
No sé cuánto es mucho para acá… cuánto es mucho para la gente. De lo que sí estoy seguro es que estamos bien, mis asesores me han ayudado a ser estable, tenemos presupuesto siempre para ver los límites de lo que puedo y no puedo, cómo hacerlo, cómo no hacerlo, ya empecé a recibir mi pensión de Mayor League Baseball. ¡Es que ya tenemos 61! Vamos a cumplir 62, entonces esas cosas te vienen ya pues, ya son extras que te van viniendo, ahí vas, gracias a Dios estamos bien.
¿Tiene inversiones, apoyo con una organización a su nombre y hace donaciones?
Yo apoyo, ayudo y colaboro y hago de todo. Y alguien me lo reforzó hoy, porque me dijo que entre más vos das, más recibís y eso es lo que le ha pasado a Denis Martínez.
¿Tiene un porcentaje específico que destina para esas causas?
Existe una palabra en la Biblia que dice “da el diezmo”, ya con eso te doy una pauta.
Diezma entonces.
Y doy un poquito más todavía…
Y ahora que está en esta etapa, que ya tiene su pensión, está más tranquilo, se retiró como entrenador de picheo, ¿cómo se siente?
Me siento bien, siento que tengo muchas más cosas por hacer, he orado para que Dios me ilumine y me diga a ver qué me camino debo seguir. Y por eso ando dando charlas en los colegios, en las universidades. Ahí parece que me ha puesto el de Arriba.
¿Cómo surgió esa idea?
Era una inquietud que tenía desde antes que saliera de los Astros, con amistades como Jorge Luis (Ayestas) que lo veo enfocado en la educación y entonces ahí entré para unirnos y hacer más fuerza, así nos juntamos para hacer realidad ese sueño. Empezamos desde el año pasado y hemos ido a más de diez colegios y universidades públicas y privadas, además de charlas empresariales.
¿Qué satisfacción le dejan esas charlas?
Yo lo uso hasta cierto punto como terapia y es una terapia muy buena, porque me ayuda a mí a sacar cosas que tal vez tengo dentro. En algunas charlas hasta he llorado, yo sé que me dicen llorón o lo que sea, como lo interpreten, pero he llorado porque llegan momentos en que me dirijo a ellos y pongo ejemplos de lo que yo pasé con mis hijos y me emociono.
¿Cobra por esas charlas?
No, no, no, no. Las realizamos de todo corazón en las escuelas. Cuando hay empresas que quieren que hagamos algo, entonces sí, cubrimos gastos de movilización o los videos que se necesitan hacer y de ahí se sacan.
¿Cómo se sintió las primeras veces que tuvo que hacer esas charlas?
Todavía me cuesta, realmente. Esa es mi introducción con ellos de hecho, les digo: muchachos, mi corazón me está palpitando del nerviosismo que tengo. Y es que yo jugando beisbol me enfrentaba en los estadios ante un público gigante, hasta 45,000 personas y nunca tuve miedo de nada. Pero ahí con ellos, al frente de ellos, el corazón me palpita tan fuerte, porque no es fácil, en el beisbol estaba concentrado de sacar al bateador de out y ya está, pero en esas charlas estoy al frente de ellos hablando la verdad, de corazón, lo que viví, lo que yo soy, para que ellos escuchen y que no lo vivan.
PLANO PERSONAL
José Denis Martínez Ortiz nació en Granada el 14 de mayo de 1954.
De pequeño le ayudaba a su mamá a llevar las cuentas del tramo que tenía en el mercado de Granada.
Se crio en una casa ubicada en la Calle Nueva, de Granada.
Estudió primaria en el colegio San José.
Cursó secundaria en el Instituto Nacional de Oriente.
Empezó a jugar beisbol en equipos infantiles y juveniles en equipos empresariales como el Jabón Prego.
Entró a la universidad, pero solo hizo el primer semestre, porque ahí surgió la firma y se fue. Iba a ser ingeniero civil.
EL 28 DE JULIO
Un mes después que Denis Martínez fuera el pícher “perfecto”, al lanzar un juego sin permitir un solo hit, una sola carrera, una base por bola y ningún error, no dejar que nadie llegara siquiera a primera base doña Violeta Barrios de Chamorro, el 22 de agosto de 1991, publicó el decreto 34-91, que declaraba todos los 28 de julio como Día Nacional del Deporte, para conmemorar ese logro.
Sin embargo, el 2 de febrero de 2005, se aprobó en la Asamblea Nacional, la Ley General del Deporte, Educación Física y Recreación Física (255), que derogó aquel decreto.
Desde esa fecha el 28 de julio ha quedado como una celebración sin ley, aunque muchos desconocen de su desaparición oficial.
Y aunque el Día del Deportista no existe legalmente, se sigue celebrando el juego perfecto de Denis Martínez por la crónica deportiva nicaragüense y los amantes del deporte.
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