En 1950 Taiwán era una isla donde la mayor parte de la población era campesina, cinco millones precisa el embajador taiwanés en Nicaragua, Rolando Jer-Ming Chuang, quien ayer ofreció una charla a los estudiantes de la Universidad American College sobre la base del desarrollo económico de su país.
La estrategia para convertir esa población pobre en un país actualmente desarrollado, industrializado y con una economía creciente, fue ayudar a los campesinos a aumentar su producción e invertir en educación técnica en el bachillerato, porque para desarrollar el comercio y la industria lo necesario era la mano de obra calificada, explicó el embajador taiwanés.
Ante el auge de las maquilas en 1970 fue necesaria esa mano de obra masiva con estudios técnicos. “Ahora nuestra estrategia ha cambiado. Lo que necesitamos ahora es educación superior, porque tenemos que competir con los países desarrollados y necesitamos cerebros que nos dan ideas innovadoras, investigaciones científicas…”, manifestó el diplomático.
Más que estar interesados en poner en práctica la experiencia que transmitió el embajador de Taiwán, los universitarios nicaragüenses le preguntaron al diplomático, al final de su conferencia, dónde pueden aprender mandarín (idioma de los taiwaneses) y qué es lo que tienen que hacer para obtener becas de estudio en el país asiático.
SOBRE EL CANAL
Sobre salir de la pobreza con un megaproyecto como un canal interoceánico, el embajador taiwanés dijo que “hay que soñar, pero se debe tener los pies sobre la tierra”.
Chuang considera que para un proyecto así el país debe conocer sus condiciones, sus recursos y sus ventajas.
APROVECHAR CAPITAL HUMANO
El embajador manifestó que Taiwán es un país donde no hay petróleo, no hay minas y hay grandes amenazas de fenómenos naturales, pero aprovecharon la gran cantidad de recurso humano y el carácter agrícola de la isla; lo potenciaron y así fue que salieron adelante.
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