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Sulatigni, El Tortuguero

La casa de tejas y madera —en la propiedad de los Medina— de donde supuestamente salieron los Chacones a disparar el día que cayeron muertos tres de ellos en enfrentamiento con los Medina. LA PRENSA/ ROBERTO FONSECA

Familias en guerra a 500 kilómetros de Managua

En un fuego cruzado el grupo de los Medina mató a tres de los Chacones. Sulatigni, una comunidad del Caribe Sur, fue el escenario de la sangrienta historia

Los Medina quedaron viendo a los tres Chacones sin vida y sabían que no podían hacer nada más que esperar a que llegara la Policía. No intentaron huir. Una rivalidad de casi 20 años había llegado a su punto culminante con aquel fuego cruzado en el que cayeron muertos Félix Pedro Chacón Muñoz, su hijo Félix Pedro Chacón Aguilar y su amigo José María Loáisiga Trujillo.

Fue algo rápido, dicen los testigos. Unos calculan que fueron casi 10 minutos, otros aseguran que fue cuestión de instantes. Los Medina dicen que los Chacones dispararon primero. Los Chacones dicen que fueron los Medina los primeros en jalar el gatillo. Lo que sí es cierto, dicen los vecinos de Sulatigni, la comunidad donde ocurrieron los hechos, es que las muertes se pudieron haber evitado si las autoridades hubiesen atendido los múltiples llamados que se les hizo, días antes y el propio sangriento día, el pasado jueves 30 de junio de este año 2016.

Los cadáveres de los dos Chacones estaban cerca de un árbol de jobo. Y el de Loáisiga Trujillo estaba a la par de un árbol de bimbayán. Durante el tiroteo los ahora fallecidos estuvieron protegiéndose de las balas detrás de esos árboles pero luego se alejaron un poco de sus escudos. Chacón Muñoz tenía siete impactos de bala en diferentes partes del cuerpo y Chacón Aguilar presentaba dos balazos en la cabeza. Loáisiga Trujillo sufrió 15 impactos de bala.

En el lugar, la Policía decomisó tres escopetas, un revólver Taurus, una carabina M1, una pistola Smith and Wesson, dos revólveres Smith and Wesson y un fusil Marlin calibre 22.

El jueves pasado, en los tribunales de Bluefields, un jurado declaró culpables de la muerte de los Chacones a cuatro de los siete miembros del grupo de los Medina. Los otros tres ya están en libertad.

TIERRAS BENDITAS
Sulatigni, El Tortuguero
Así son las tierras de Sulatigni, donde tres grupos están en conflicto por entre 250 y 1,000 manzanas de tierra. LA PRENSA/ ROBERTO FONSECA

Sulatigni es una comunidad de El Tortuguero, municipio ubicado en el Caribe Sur. Para llegar a ese lugar, yendo desde Managua, hay que situarse primero en El Rama. Tomar la carretera que lleva a El Tortuguero, pasar por unas comunidades que se llaman Wapí, El Marrón y Walpapigni y, luego de pasar los ríos Gavilán y Espavel, doblar a la derecha en el camino que lleva a San Francisco de Sulatigni. Hasta ahí se puede viajar en vehículo. Después hay que andar en bestias por aproximadamente dos o tres horas. Eso significa unos 500 kilómetros desde Managua, es decir, unas 16 horas de viaje en vehículo primero y luego en bestia.

Los más antiguos de conocer la zona aseguran que hasta 1990 el lugar fue puro monte, bueno para la agricultura. Allí todavía se cosecha maíz, frijoles, arroz, yuca, malanga, entre otros cultivos. Pero desde que terminó la guerra civil de los ochenta diferentes grupos han devastado el lugar y lo han convertido en potreros para la crianza de ganado.

Esos grupos son principalmente desmovilizados de la Contra, quienes reclaman que, a cambio de entregar las armas, el gobierno les prometió que se les insertaría en la vida productiva y se les daría tierras.

Ahí nadie camina con menos de un machete en la mano, tal vez porque es una herramienta necesaria por las condiciones del lugar, pero también porque es una zona solitaria y peligrosa. Algunos, en realidad muchos, dicen, también caminan con armas de fuego ocultas en las ropas.

LOS ORÍGENES DE LA RIVALIDAD
Los Medina, Sulatigni, El Tortuguero
Los miembros del grupo de los Medina que están siendo procesados en Bluefields por la muerte de los Chacones. Tres ya están libres. LA PRENSA/ ARCHIVO

A Benito Ricardo Medina Gutiérrez, de 67 años de edad, ya se le olvida hasta el día en que está. Por eso dice no recordar exactamente en qué año compró la finca San Rafael, en Sulatigni, pero sí que fue hace más de 20 años y que entregó 200,000 córdobas por un lote de tierras sin medir. Es originario de Chontales pero le gustaron las tierras del Caribe Sur. Antes, ya había comprado la finca Santa Teresa, en la comunidad de Kasmitigni, cerca de Sulatigni. En 2009, después de partir la propiedad San Rafael en dos y donarla a sus dos hijas, Ana y Maryuri, Benigno Medina finalmente midió las tierras y le salieron 500 manzanas.

La vida se la pasaba entre las dos propiedades. Pero casi desde el principio comenzó a sentirse incómodo en Sulatigni por dos grupos de personas que también tenían posesión cerca de sus tierras: los Peters y los Chacones.

El grupo de los Chacones llegó a Sulatigni a posesionarse de una parte de la finca Los Laureles, vecina con la San Rafael, de la mano de los hermanos Juan José y Félix Pedro Chacón Muñoz.

Durante la guerra de los años ochenta, fueron “correos” de la Resistencia Nicaragüense. Luego de la guerra se asentaron en la comunidad El Espavel, cerca de Sulatigni.

Los Chacones aparecieron en Sulatigni como beneficiarios de un título de la Reforma Agraria. Al menos así lo afirmó Héctor Vidal Chacón en el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), después de la muerte de sus tres familiares. Ninguno de los Chacones quiso hablar con LA PRENSA para este reportaje, a pesar de que se les buscó en el propio Sulatigni.

Juan José Chacón murió de enfermedad en el año 2011. Quienes lo conocieron dicen que tenía problemas en los pulmones y se puso a fumigar por los zancudos, pero el químico le afectó aún más. Dicen además que era “el más terco” de todos los Chacones. Félix Pedro Chacón Muñoz quedó como líder del grupo.

Al igual que los Chacones, los Peters son desmovilizados de la Resistencia y les dicen así porque al líder de ellos, Nectalí de Jesús Castillo, le decían Peter en la Contra.

Los Peters llegan a Sulatigni porque, dicen ellos, en 1997, el exdueño de la finca Los Laureles, Nicasio Pérez Rocha, les entregó 700 manzanas de tierra en el marco del Programa Especial para Desmovilizados. Pérez Rocha estaba endeudado con el Banco Nicaragüense de Industria y Comercio (Banic) y ya no iba a seguir en las tierras.

Los Peters dicen que no fue una entrega “de boca”, sino que fue un trámite en el que estuvieron involucrados distintas entidades del Estado. La escritura se hizo con un abogado en Muelle de los Bueyes. “No era a la bulla. Cada quien iba entregando su carné (de desmovilizado), con nombres y apellidos”, relata Noel Chavarría López, uno de los Peters.

FRIALDAD Y DISTANCIAMIENTO
Sulatigni, El Tortuguero
La casa donde vive una parte del grupo de los Peters, la que los Medina reclaman está dentro de su propiedad. LA PRENSA/ ROBERTO FONSECA

A Félix Pedro Chacón Muñoz lo describen como “morenito”, de un poco más de cinco pies de estatura, “no era flaco ni gordo”, lampiño, de carácter “empurrado”, serio, “no hablaba casi con nadie”. En realidad, de no haber sido por el conflicto de tierras, Chacón Muñoz no habría tenido problemas con nadie.

Benigno Medina no era enemigo de Chacón Muñoz. Pero había como “una espinita” que no les permitía socializar. Los Medina sentían un irrespeto porque los Chacones constantemente les invadían la propiedad y hasta construían casas. Los Chacones aseguraban que las tierras eran de ellos y resentían que los Medina habían comprado su parte “a precio de guate mojado”.

Hay personas que aseguran que entre los Medina y los Chacones hasta se hacían favores cuando alguno de ellos necesitaba comprar algún novillo o alguna vaquilla. Pero los Medina lo niegan. “Los respetamos mucho siempre pero no se puede tratar con alguien que te hace daño, que no te respeta. Es contradictorio”, dice un familiar de Benigno Medina.

Eso sí, se saludaban como quien saluda a cualquier otro en el campo, aunque no se conozcan. “Hola, ¿cómo va amigo?”, “todo bien amigo”, “por aquí pasando”, eran los saludos que se hacían, siempre guardando la distancia, relata el familiar de los Medina. No había una enemistad como para llegar al crimen.

Durante casi 20 años se estuvieron soportando. Pero las tensiones iban aumentando. Los Medina tenían que estar botando casas que los Chacones construían en tierra ajena.

Aunque no culpan a nadie, los Medina dicen que también había robo de ganado. El último robo fue el de ocho vacas, propiedad de Faber Maltés, yerno de Benigno Medina.

Las tensiones eran tan altas que todas las autoridades de Bluefields y las de El Tortuguero hacían reuniones con los tres grupos para llegar a acuerdos de paz. Que todos se mantuvieran en sus posesiones sin invadir las de los demás, era el objetivo. Hasta el cura de El Tortuguero participó en algunas reuniones.

En una de esas Benigno Medina le dijo a una de sus hijas que matara una vaca para que todos comieran. Es cierto que en aquella reunión, celebrada el 10 de abril del 2014, iban a estar personas que él sentía que le habían hecho daño, pero al final el propósito de la misma era que “fumaran la pipa de la paz”.

Los Peters dicen que ellos también mataron una vaca, ya que la reunión se realizó tanto en la casa de los Medina como en la de ellos. La comisión de autoridades también pidió ir a la casa de los Chacones, pero estos últimos se negaron.

La reunión empezó como a las 9:00 de la mañana. A pesar de que estaba presente la mayoría de las autoridades de Bluefields, había un ambiente de mucha tensión. Los Chacones llegaron con un buen grupo, el cual en su mayoría andaba machete. Nada raro en Sulatigni, una comunidad de El Tortuguero, en el Caribe Sur, que está a unos 530 kilómetros de Managua, unas 16 horas de viaje en vehículo primero y luego en bestia.

Cuando la reunión terminó eran cerca de las 3:00 de la tarde. Las vacas habían sido convertidas en diferentes platos: carne asada, salpicón, sopa de res…, pero cuando buscaron a los Chacones ya se habían ido. No quisieron comer.

LA TRAGEDIA

Tres días antes de la tragedia, Félix Pedro Chacón Muñoz se apareció con un documento supuestamente firmado por las autoridades de Bluefields y El Tortuguero, en el que supuestamente confirmaban que las tierras en disputa eran de los Chacones. “Ya le pasaron conocimiento a tu jefe (Peter). Te andamos leyendo (el documento) para que te des cuenta que no es de ustedes (la finca Los Laureles)”, dice Noel Chavarría López, uno los Peters, que le dijo Chacón Muñoz.

Poco después a Faber Maltés, yerno de Benigno Medina, el cuidador de la finca San Rafael lo llamó diciéndole que los Chacones habían metido más de 100 reses en la propiedad. También se habían tomado la casa de teja, siempre en la propiedad de los Medina.

A partir de ese momento, todos en Sulatigni comenzaron a oler el peligro. Los Peters dicen que comenzaron a llamar a la Policía de El Tortuguero. Y los Medina y los Chacones dicen que también ellos llamaron no solo a la Policía de El Tortuguero, sino también a las autoridades de la Procuraduría General de la República (PGR) de Bluefields. Los Medina aseguran que Faber Maltés hizo un escrito dirigido al procurador Carlos González y al comisionado mayor Cruz Sevilla, en el que los Medina se quejaban de que los Chacones habían violado los acuerdos en los que los tres grupos se habían comprometido a no invadir las tierras de los demás. Pero ninguna autoridad llegó a Sulatigni.

El jueves 30 de junio, poco después de las 11:00 de la mañana, los Medina se dirigieron a sacar el ganado de los Chacones de su propiedad. Llegaron a una puerta doble de madera. Faber Maltés explicó que hicieron caer el ganado en el camino de la comunidad pero los Chacones salieron de la casa de teja directo hacia los Medina.

Héctor Vidal Chacón dijo en el Cenidh que un día antes Benigno Medina les había advertido que ese era el último día que estaban allí, que él comenzó a llamar a las autoridades pero que el día de los hechos Medina, “acompañado de 17 hombres armados, dispararon sin mediar palabras, los patearon, los remataron en el suelo y les echaron un líquido que se llama fósforo blanco”.

La versión de los Medina es que los Chacones bajaron de la casa de teja hacia el potrero, y al llegar cerca de donde estaban ellos, les “dejaron ir el primer balazo”. Los Medina tuvieron que responder, alegan.

El primero en caer fue Félix Pedro Chacón Muñoz. De los Medina nadie salió herido. Ni siquiera las bestias en que iban montados. Después del tiroteo todo quedó en silencio. Un silencio mentiroso porque los Peters dicen que los Chacones continúan haciendo ruido.

LA PRIMERA MUERTE

Las muertes de los tres Chacones no son las únicas que han ocurrido en Sulatigni debido al conflicto de tierra. Mientras carga a su hijo de menos de un año de nacido, Ángela del Carmen Amador Espinoza, de 18 años de edad, relata cómo los Chacones mataron a su marido Noel Gaitán Sánchez, el 27 de marzo pasado, Domingo de Resurrección, dejando a dos niños huérfanos, el mayor de 2 años de edad.

Gaitán Sánchez le cuidaba una propiedad a un miembro de los Peters, Pablo Mejía, pero los Chacones siempre lo pasaban amenazando para que se saliera de la propiedad.

Aprovechando que estaba terminando la Semana Santa, ese domingo por la noche, Gaitán Sánchez se fue a tomar unos tragos con un cuñado a la orilla del río Sulatigni, en un balneario improvisado donde también estaban Luis y Ulises Chacón. Luis habría iniciado una discusión con Gaitán Sánchez y lo habría tirado al suelo, lo cual supuestamente fue aprovechado por Ulises para dispararle en la cabeza. Al final, Gaitán Sánchez terminó con 18 balazos en la cabeza y los brazos.

Luis y Ulises Chacón están acusados del asesinato de Gaitán Sánchez en el Juzgado Distrito Penal de Audiencia de Bluefields. Pero la Policía no los ha capturado y ellos se pasean libremente por Sulatigni, se queja la viuda.

Sulatigni, El Tortuguero
Flavio y Héctor Vidal Chacón llegaron al Cenidh a denunciar las muertes de sus familiares el pasado 30 de junio. LA PRENSA/ ARCHIVO
PGR: EL QUE TENGA MEJOR DERECHO

El procurador de Bluefields explicó a LA PRENSA que en el conflicto de propiedad en Sulatigni, donde han muerto cuatro personas, ya no tiene responsabilidad la Procuraduría General de la República (PGR), sino que el caso debe resolverse en los tribunales de justicia.

“Los señores que están ahí (Medina y Chacones) tienen un título legalmente inscrito, registrado y otorgado por el Estado y cuando ya tenés ese título y has adquirido un dominio, ya no queda en manos de la Procuraduría General de la República resolver un conflicto, ya es una situación judicial, y un juez competente debe de resolver y emitir una sentencia o una resolución a quien estime conveniente, a quien tenga mejor derecho. Es más, los Chacones se fueron a dos juicios y los dos los perdieron”, dijo el funcionario de la PGR.

Sobre los Peters, el procurador González dijo: “Los Peters tienen un documento pero no es auténtico, eso es lo que he entendido, lo tiene que ver la parte judicial”.

LOS CULPABLES Y LOS LIBRES

Por la muerte de los Chacones la Fiscalía acusó a siete personas: Benigno Ricardo Medina Gutiérrez, de 67 años de edad; Dimas Néstor Medina Gutiérrez; Edwin Drinde Medina Gutiérrez, de 34; Benigno Yurán Medina Gutiérrez, de 25; Valentín Velásquez Cisneros, Keyner José Cruz Paz y Faber Antonio Maltés Mairena. De los siete los últimos tres salieron libres el pasado jueves 8 de septiembre y los otros cuatro fueron declarados culpables por un tribunal de jurado.

Reportajes El Tortuguero

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