Fernando López Miranda, el Cabo López, quien asumió el reto de la mayordomía del Atabal, durante cuatro décadas, cerró sus ojos a la vida, a sus 84 años, la mañana del jueves, dejando un legado relevante en el mundo del tradicionalismo popular en la sociedad granadina.
El atabal fue su pasión y logró mantenerlo vigente con gran proyección por cuarenta años, hasta que su salud sufrió quebrantos hace año y medio.
Esta situación le obligó a delegar esta expresión cultural callejera a su hijo el arquitecto Fernando López Gutiérrez, quien es el nuevo mayordomo.
“Se fue una leyenda del folclor de Granada. Un hombre con grandes valores, con una personalidad alegre, amable, educado y sobre todo mantuvo el atabal vivo todos estos años”, comentó René Roa.
Los programas radiales le rindieron homenaje al Cabo López y el pueblo se volcó a elogiar su legado y a recitar las coplas más conocidas del atabal.
El pueblo recordó el afán del Cabo López en el mes de octubre cuando se le rinde homenaje a la Virgen del Rosario. El atabal ha sido parte de esta celebración muy propia de los habitantes de la calle Santa Lucía.
Funerales
López Gutiérrez, hijo del Cabo, informó que se veló (este jueves) en su casa de habitación ubicada en calle Santa Lucía y sus funerales serán este viernes a las 3:00 p.m. en la iglesia San Francisco donde se realizará una misa de cuerpo presente, luego su entierro en el cementerio municipal.
López Gutiérrez dijo que el trabajo que hizo su padre con el atabal deja un legado para la posteridad e incluso una proyección que superó a otras expresiones culturales locales como El Cartel y la Yegüita de San Juan, que han desaparecido.
El Cabo López será recordado por su elegante presentación y su infaltable sombrero, así como sus habilidades al canto y al dibujo.