Uno de los miembros del baile del Toro Huaco en el tope de las tres imágenes caraceñas (San Sebastián, San Marcos y Santiago) decidió en medio de la crisis sociopolítica que atraviesa el país portar como capa la bandera de Nicaragua. La actividad religiosa se efectuó este sábado.
El promesante, quien prefirió omitir su nombre por razones de seguridad, ya tuvo temor de ser secuestrado por la Policía Orteguista (PO) que resguardó el peregrinaje.
“La intención es orar por la paz de Nicaragua y que todo esto se resuelva para que nos volvamos a tratar como hermanos sin distinción alguna. Es ofrecerle a san Sebastián este sacrificio, esta penitencia para que el interceda ante Dios por nuestra patria para que se bajen estos ánimos y que se pueda recuperar la paz”, dijo el bailante, de 25 años, y que se identificó como estudiante.
El pago a las promesas
Otras personas para pagar su promesa a “Guachán” caminaron de rodillas sobre el caliente pavimento. Una de ellas fue María Dolores González, habitante del barrio El Cementerio en el municipio de Diriamba.
González, contó que su hijo de seis años Anthony Joao Martínez, nació con soplo en el corazón y que Dios y San Sebastián se lo sanaron.
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Explicó que lleva dos años cumpliendo su promesa y que la concluirá hasta que el menor cumpla los 18 años. María caminó cinco cuadras de rodillas y otra de sus promesas fue sacar a su hijo en el baile del Toro Huaco.
En busca de un milagro
Judith Sevilla con su hijo en brazos caminó también de rodillas sobre el asfalto. Con voz entrecortada, contó que su niño Rodrigo de Jesús de tan solo un año, cuando este nació le diagnosticaron neumonía y que hasta el momento no se ha sanado. Ella tiene la esperanza que con la promesa que le hizo a San Sebastián ocurra un milagro.
Sevilla es originaria del municipio de San Marcos y en la romería asistió con sus familiares. Su juramento fue caminar al menos una cuadra de rodillas.
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El encuentro de los santos en la ciudad de Dolores se tenía previsto realizar a las 11:00 de la mañana, pero se efectuó 45 minutos después. Los bailes tradicionales de cada municipio (Diriamba, Jinotepe y San Marcos) se hicieron presente al festejo.
César Castillo, vicario y sacerdote de la Basílica Menor, con relación a dicha actividad, manifestó que se debe formar una cultura del encuentro, “este encuentro de las imágenes nació para unir a los pueblos vecinos y que no se pelearan, sino que mantuvieran la concordia y el signo de unión, que han sido siempre los patronos”, sostuvo.
Después de la misa en la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores en el municipio de igual nombre, se efectúa la procesión de las tres imágenes ( San Sebastián, San Marcos y Santiago) que retornan a Diriamba. La imagen anfitriona de las fiestas en esta ocasión llevaba un traje gris con lentejuelas y lo adornaban cintas azul y blanco.