La familia Montenegro, de tradición opositora al sandinismo en el municipio de Wiwilí, Jinotega, sigue siendo hostigada por el régimen de Daniel Ortega, pese a que cuatro miembros de su familia fueron asesinados el año pasado. Dos de esos crímenes ocurrieron en territorio nacional, pero nunca fueron investigados por las autoridades.
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Más bien el sistema judicial, afín al régimen, persigue a los integrantes de la familia Montenegro. La juez local único del municipio de Wiwilí, Claudia Nohemi Blandón Centeno, extendió una citación a otro hermano de la familia Montenegro, Dorling Antonio Montenegro Múñoz, para una audiencia preliminar el próximo 13 de mayo, por acusación de portación ilegal de arma de fuego “en perjuicio de la seguridad pública del Estado de la república de Nicaragua”.
Ángela Centeno Herrera, madre de Dorling Montenegro, contestó a la juez Blandón con un mensaje escrito a mano al reverso del documento de citación, expresando que no recibe “citatorio alguno de una institución que no está capacitada para impartir justicia en Nicaragua”.
Centeno también recuerda que cuatro hombres de su familia fueron asesinados, dos de ellos eran sus hijos “y no ha existido el mínimo interés de investigar y hacer justicia”.
La madre se refiere a sus hijos Edgar y Oliver Montenegro, quienes eran opositores al régimen de Ortega. Edgar participó en las protestas civiles de 2018. Tuvo que huir del país por la persecución y amenazas de los simpatizante de Ortega. Fue asesinado junto a su hijo Yalmar el 27 de junio de 2019, en territorio hondureño.
Seis meses antes ya había sido asesinado su hermano Oliver, en su finca ubicada cerca del municipio de El Cuá, en el departamento de Jinotega, donde su familia asegura que lo llegaron a buscar los simpatizantes de Ortega para matarlo. En agosto de 2019 fue asesinado Francisco Blandón, esposo de una de las hermanas de los Montenegros, Thelma Montenegro.
En los últimos años Wiwilí se ha convertido en uno de los municipios más peligrosos para los opositores. Tres trabajadores de la alcaldía de Wiwilí han sido asesinado cada año desde 2018. El último opositor asesinado fue un exmiembro de la Resistencia Nacional, Narciso Centeno, quien fue encontrado muerto en la casa del partido sandinista en Wiwilí, en abril pasado.
Desde abril de 2018, cuando comenzó la represión contra las protestas civiles, se incrementaron los asesinatos contra los críticos del régimen. Más de 328 personas murieron por la represión de la Policía y de grupos armados afines a Ortega, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).