Nicaragua se ha convertido en un gran huésped para el Covid-19 por las escasas medidas de prevención de la dictadura Ortega-Murillo. Y una de las irresponsabilidades más cuestionadas es la continuidad de todos los eventos deportivos. Durante el segundo encuentro entre Estelí y el Bóer, el cual se estaba realizando en el Estadio Nacional Dennis Martínez, el umpire (árbitro) principal (el que se ubica detrás del receptor) se desplomó en inicio del cuarto inning, desatando las alarmas entre los presentes y los aficionados que seguían el desafío a través de las redes sociales.
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Todo inició cuando el lanzador del Bóer, Braulio Silva, le dio base por bolas a Omar Obregón. En ese momento el umpire Héctor Rayo se vio con una reacción lenta a la hora de cantar las bolas y los strikes. La situación continuó con Moisés Flores al bate. Luego de un primer lanzamiento le concedió tiempo al bateador. Rayo lo utilizó para respirar un poco y, posteriormente, sin que nadie le pidiera más tiempo él mismo se lo concedió. Se apartó del plato, caminó hacia un lado hasta colocarse en el suelo en una posición apoyado solamente por sus rodillas. “Se mareó el umpire, parece que tiene problemas… Héctor Rayo se ha desvanecido”, comentó el narrado del canal oficialista Octavio Sevilla.
El primero en acercarse sin ninguna protección fue Janior Montes, receptor capitalino. Le extendió la mano para sostenerlo, mientras Rayo arrugaba la cara y luego hacía gestos de dolor. Al instante llegó Ramón Flores, quien estaba en el círculo de espera. También se arrodillo para sostener al hombre que imparte justicia. Se miró que intercambiaron unas palabras y después se acercó la doctora del equipo de Estelí y el médico del Bóer. Cada vez se acumulaban más personas alrededor de Rayo.
Como otra medida de descuido fueron los otros umpires de las almohadillas lo que lo terminaron sacando del campo caminando, pero apoyados en sus brazos. Y en el momento que salía se observa como otro de los jueces le quita la máscara de protección, la misma que luego se colocó 10 minutos más tarde Omar Estrada, quien estaba impartiendo justicia en la primera base y fue movido al plato, en medio del asombro de los escasos fanáticos presentes. Cabe mencionar que el viernes en Estelí se habían cometidos actos irresponsables en la prevención del Covid-19 cuando el estadio Rufo Marín se llenó en su capacidad con más de 2,500 personas sin protección alguna.