El músico nicaragüense Luis Enrique Mejía Godoy desde su exilio, en Costa Rica, prepara un concierto virtual en ocasión de las fiestas patrias y dará a conocer su nueva canción “Tendrá que florecer la primavera”, un tema sobre la esperanza y libertad humana.
“Solo la esperanza y la fe en la unidad del pueblo frente a cualquier pandemia nos puede dar la fortaleza para vencer la adversidad. Solo la verdad nos hará libre”, dice el artista al reflexionar sobre la pandemia.
Reveló que la cuarentena lo ha obligado a estar encerrado, “no como una jaula sino como la oportunidad de cuidarme para cuidar a los demás”. Asimismo, la ha aprovechado para “escribir, leer, dibujar, componer, realizar conciertos y entrevistas virtuales, lejos de Nicaragua pero jamás ausente”.
Resistencia desde las artes
Con el nombre “Canciones de patria adentro”, el músico anuncia su Facebook en vivo el próximo sábado 12 de septiembre, a las 7:00 p.m. Evento donde también dará a conocer sus dibujos y leerá poemas alusivos a la resistencia desde las artes.
Uno de ellos titulado “Toma mi paz”, levanta su voz contra el régimen Ortega-Murillo y dice en su primera estrofa: “Cantar el himno nacional / sin antimotines ni gases lacrimógenos / Caminar por las calles sin sobresaltos”.
Adelantó que compartirá canciones de los años setenta, pero que parecen haber sido escritas hoy, como “Cuando crezcas pueblo mío”, una canción que critica el armamentismo, y que en parte de la letra dice: “En vez de un cuartel una escuela / en vez de fusil un arado / y el amor será tu sol…”. La otra canción es “Mi patria aún”, que tiene que ver con la esperanza.
Cuestionó a la clase política que ha gobernado el país los últimos 200 años, con guerras civiles, cuartelazos, golpes de estado, pactos, intervención extranjera o levantamientos.
Y mira a un “pueblo cansado de tantos engaños y promesas falsas; y más grave, que es el pueblo que pone los muertos”, cuestionó el músico, quien en agosto del 2018 ante la inseguridad ciudadana se marchó a Costa Rica, sumándose a la lista de más de 100 mil exiliados y refugiados políticos.
Regresará cuando haya libertad
El cantautor reconoció que el crear música, poesía y dibujos ha sido un gran alivio para él, en estos dos últimos años que ha estado alejado de su patria, pero que siente deseo de retornar al país y una gran nostalgia por querer abrazar a sus seres queridos, compartir con sus amigos músicos.
También desearía reunirse con las madres de los presos políticos, pero no puede porque en Nicaragua no hay libertades para expresarse.
Por el momento prefiere residir en Costa Rica, desde donde continúa realizando sus eventos artísticos y comparte con amigos, como Ceshia Ubau y Perrozompopo.
En septiembre del 2018 publicó su disco “Canciones de abril”, con temas como “Madre vandálica”, “Comandante Masha”, entre otros. Y en 2019, la canción de Amaya, que es un poema de Gioconda Beli, “Monseñor de la patria”, a Silvio Báez, y “Carta a un preso político”.
Aquí le compartimos la letra de su nueva canción.
Tendrá que florecer la primavera
Letra y música: Luis Enrique Mejía Godoy
Tendrá que florecer la primavera,
el pánico volverá a su guarida,
y todos contaremos las historias
en estos largos meses sucedidas.
Agachará su rostro el negligente
que agazapado esconde su verdad.
Las puertas abriremos nuevamente
como este corazón de par en par.
Pasarán los días, los meses, los años,
nadie olvidará como nos cambió la vida.
Salieron a flote las contradicciones
los sueños compartimos con borrones.
Y nos abrazamos sin temor de contagiarnos
al fin venció el amor de los humanos.
Y cuando regresemos al trabajo,
y nos abracemos nuevamente,
jamás olvidaremos al hermano
que fue víctima de esta terrible tragedia.
La rutina volverá al mismo asunto
el consumo, el stress el egoísmo.
Valió la pena entonces me pregunto;
la cuarentena juntos sobrevivimos.
Pasarán los días, los meses, los años,
nadie olvidará como nos cambió la vida.
Salieron a flote las contradicciones,
los sueños compartimos con errores.
Y nos abrazamos sin temor de contagiarnos;
al fin venció el amor de los humanos.
(29 de marzo, 2020)
Aquí le compartimos además dos de sus nuevos poemas escritos en Costa Rica, en julio y agosto del 2020.
Toma mi paz
Por Luis Enrique Mejía Godoy
Cantar el himno nacional
sin antimotines ni gases lacrimógenos.
Caminar por las calles sin sobresaltos.
¿Soñar con una universidad
en cada departamento,
y un presidente electo cada cinco años
es pedir demasiado
para un pueblo
reprimido, engañado y empobrecido?
No pido milagros.
Me conformo con la posibilidad
de vivir mi vida sin permiso
del gobierno de turno.
Solo pido el mínimo espacio
que requiere mi voz
para no ser un prisionero
en mi propio país.
Toma mi paz, dame la tuya
que esta es la mejor arma de todos
para vencer al miedo.
(Julio del 2020)
Éxodo y exilio
Por Luis Enrique Mejía Godoy
Abandonar tu patria,
dejar tu casa,
fragmentar tu familia,
estrenar abrazos en tierras extrañas,
volver a construir tu nido
sin más herramientas que tus propias manos
amasando lágrimas,
salario mínimo,
sin derecho a horas extras,
ni a un plato de comida caliente.
Mano de obra barata
a cambio de silencio.
Sin días feriados, ni noches sin frío
en el parque,
donde todos parecen hermanos,
por sus ojos grandes como el hambre
que lleva en su vientre la muchacha
que salió de la barricada al punto ciego
de la frontera,
en medio de la noche,
cuando los perros ladraban
a la luna emboscada
detrás del árbol de ceiba
a veinte metros de la frontera.
Éxodo permanente,
ríos de gente cruzando el río.
Futuro truncado
por una bala en la columna
del vandálico muchacho veinteañero
que estaba en quinto año de medicina
y salió a la calle por amor a la patria
con una bandera y una sonrisa.
Coyotes traficando niños y mujeres.
Miles de refugiados recién llegados
con el estómago vacío
frente a los grandes centros comerciales,
mega supermercados y autopistas,
que recorrerán con sus únicos zapatos
llenos aún del lodo del otro lado del mojón .
Con más miedo que sed,
con una tristeza infinita
en sus manos.
Que urgen de una mano amiga,
o un Dios humano y sencillo
que le devuelva la fe y la esperanza
de un regreso
sin temor a caer nuevamente preso,
como los últimos chavalos
que se atrevieron a irse
y ahora están torturados en el Chipote
en el mes de la patria,
viendo un trozo de azul dariano
por el pequeño espacio
de la cárcel,
mientras afuera
sus madres oran ante el altar
del Cristo calcinado.
(Agosto del 2020).