Garantizar el acceso a la educación en Nicaragua en medio de la pandemia ha sido un tema de conversación constante. Aunque muchos colegios, en su mayoría privados, optaron por incursionar en clases en línea, en los colegios públicos ha habido una gran deserción de estudiantes por falta de recursos tecnológicos y por las orientaciones del Gobierno de no parar las clases presenciales sin importar el peligro a la salud de docentes y estudiantes.
Estas diferencias entre los grupos sociales ha creado sin duda una brecha educacional, que según los expertos en materia de educación, tendrán repercusión en el ámbito laboral y social de estos niños, niñas y adolescentes que han enfrentado diferentes metodologías de educación en 2020.
“Es el momento de interpretar que sobre todas las crisis que asolan a los pueblos, la crisis de desigualdad, falta de equidad y calidad debe ser prioridad en el plan de gobierno sobre la crisis económica y social. Entender esta premisa es el camino correcto para la transformación total”, expresó Eva Córdoba, Directora Ejecutiva de Eduquemos.
Por su parte Rafael Lucio Gil, especialista en educación, considera que esta brecha que crea gran preocupación por el acceso de los más pobres a una educación de calidad, tendrá también repercusiones en las universidades, principalmente en las públicas, en las que el desarrollo de calidad, investigación y formación se ha venido deteriorando al perder la autonomía, al guiarse por criterios políticos y que no logran el nivel de exigencia y de preparación debidos.
“Muchas veces la tendencia del docente es no exigir más sino adaptarse un poco a esa situación o bajar el nivel y por tanto al final podemos tener clases de universidad pero casi como que fueran clases de secundaria, para desarrollar las capacidades que la secundaria no ha logrado desarrollar, capacidad de análisis, capacidad de pensamiento crítico, capacidad de autogestión del aprendizaje, etc.”, dijo Lucio Gil.
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Se deben cumplir niveles del derecho a la educación
Según Lucio Gil, existen tres niveles del derecho a la educación que se deben cumplir para acercarnos a tener una educación de calidad en el país.
El primer nivel del derecho a la educación es incluir, que debe servir también para después incluir en el ámbito laboral.
“Lamentablemente en nuestro país se hace un buen esfuerzo (de inclusión en la educación), pero es un esfuerzo de incluir para posteriormente ser excluido del ámbito laboral, porque la calidad de la educación no está a tono con las demandas empresariales, con las demandas del ámbito laboral”, manifestó Lucio Gil.
El segundo nivel es que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes tienen derecho a aprender qué y cuáles son sus derechos.
“Este ámbito que yo sepa no está suficientemente inserto en la metodología, por tanto hay muchos jóvenes que ni siquiera conocen cuáles son sus derechos, y esencial porque abrir el ámbito de conocer sus derechos, les abre el panorama para otros derechos”, explicó el experto en educación.
Por último, el tercer nivel es que el ámbito de la educación debe ser como un laboratorio donde se pongan en ejercicio los derechos de los niños.
“Lamentablemente no se da en el ámbito de lograr que los niños y jóvenes tengan su palabra, tengan el nivel de exigencia propio para demandar una educación de calidad, tengan un pensamiento crítico, una formación ciudadana apropiada, etc.”, añadió Lucio Gil.
Uso de tecnologías para educación sigue siendo un reto
Si bien muchos docentes y directores de las escuelas han enfrentado los retos puestos por la pandemia, para la continuar con la educación, de manera creativa y muchas veces autodidacta, los expertos consideran que la capacitación de estos en temas de utilización de tecnología y la transformación de la estructura digital son necesarias.
“Nuestro país sufre de deficiencias para la inversión y la sostenibilidad en equipamiento, sobre todo en capacidades metodológicas y acceso a los avances para a hablar de aprendizajes digitales o a distancia que tendrán que preverse en el nuevo presupuesto, aunque las condiciones económicas y de cooperación externa no son prometedoras” dijo Eva Córdoba.
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Por su parte Lucio Gil comentó que al no haber capacitación a docentes en el uso de la tecnología lleva a que estos crean que usando las plataformas para que el niño y la niña escuchen las lecciones y respondan preguntas es suficiente, sin embargo, con la capacitación estos harían mejor uso de las mismas.
“Realmente la educación en tecnología reviste mucha importancia, pueden lograrse muchísimos alcances, muchísima calidad, pero los condicionantes son enormes y no se están cumpliendo, condicionantes en el sentido que maestros y maestras han de ser preparados en el buen uso de la computadora como un medio para aprender”, dijo Lucio Gil.
Córdoba en este sentido hizo énfasis en empoderar a la sociedad y que el estado asuma su responsabilidad. “La incertidumbre del futuro sanitario y la salida de las crisis sociales, económicas y sanitarias debe no solo empoderar a la sociedad en general, sino, responsabilizar al estado de su estrategia educativa como eje del plan de nación. Es un deber moral, responsabilidad con los derechos humanos y mandato constitucional pendiente de cumplir”, finalizó.