Juan Sebastián Chamorro calificó de “trascendental” la firma de un documento con otros candidatos presidenciales que básicamente se comprometen a elaborar en consenso un mecanismo de elección de un candidato único de la oposición y respetar al que salga electo.
¿Es trascendental para Nicaragua que un puñado de personas —que al parecer están desconectadas de la realidad y que privan sus intereses personales sobre bienestar común— hayan firmado dicho documento? Por supuesto que no. El reto que tenemos como sociedad es liberar a los presos políticos y obligar al régimen Ortega-Murillo para que las elecciones de noviembre próximo cumplan con los estándares internacionales.
Tanto Juan Sebastián Chamorro como Félix Maradiaga tienen un espacio en Radio Corporación. La mayoría de la sociedad nicaragüense esperaría que ambos lo utilizaran para lanzar una fuerte campaña exigiendo al régimen la liberación de los presos políticos, así como presionando al empresariado y pueblo en general a lanzarse a un paro nacional para arrinconar al Gobierno y —con la presión internacional— obligarlo a dar las garantías para un proceso electoral transparente y creíble. Pero no lo hacen. No es su prioridad.
Con seriedad hablan de sus respectivos planes de gobierno. Y lo hacen desde sus respectivas casas porque los paramilitares y efectivos policiales les impiden salir. Los recursos que tienen para pagar dichos espacios no son para nuestros presos políticos. Son más importantes sus campañas electorales aunque no existan las mínimas condiciones. La carreta delante de los bueyes. ¿Y los presos políticos? Olvidados. Para ellos no son muy conocidos y por tanto fáciles de olvidar. No les importan los sufrimientos y torturas que padecen porque son ajenos. Para ellos es más importante su protagonismo. Aprovechar el momento para la foto. Hasta se hacen selfies cuando los policías no los dejan salir y los suben a las redes sociales. Llaman a los pocos medios de comunicación. Tienen que ganar puntos, notoriedad para sus candidaturas.
A estos candidatos también se les olvidó el informe de la CIDH, que documentó a más de trescientos asesinados en las protestas al régimen, cientos de desaparecidos y más de cien mil exiliados.
Este nuevo “liderazgo” huele a confabulación. Huele a un aterrizaje suave para los que reprimen y cometieron crímenes de lesa humanidad. Huele a cohabitación —como lo propuso el general que se hizo millonario con la venta de tanques y helicópteros a un país sudamericano—. Piensan como Humberto.
Este nuevo “liderazgo”, asquea. Criticaron a la clase política tradicional pactista, prebendista, corrupta. ¡Pero qué aventajados que salieron! Aprendieron muy rápido. Y el pueblo sospecha. Huele a confabulación. Huele al aterrizaje suave. Huele a que vivamos en cohabitación. De lo contrario —piensan— vendrá el caos. Y por supuesto vendrán las amnistías como en el pasado. Los muertos, muertos están. La vida tiene que seguir. Mientras el término justicia parece que seguirá lejos de los que ponen los muertos, de los que sufren, de los verdaderos hijos de la patria que luchan por ver libre de dictadura a Nicaragua.
Amaya Coppens, ex presa política, criticó fuertemente a estos presidenciales asegurando que tienen una “desconexión” de las vivencias del pueblo nicaragüense y calificó de “circo electoral” dichas campañas.
“Confiamos en ustedes, les respaldamos, desde las calles pensábamos que hacíamos nuestra parte y ustedes la suya. Dormimos en las calles, comimos en la calle, hicimos hueco en las calles con nuestras propias manos, corrimos por nuestras vidas, perdimos a hermanos y hermanas”, aseguró a través de un escrito criticando que a los ungidos se les pidió convocar a un paro nacional y nunca obtuvieron respuesta.
Al parecer no solo los gobernantes de este país viven una realidad virtual. Estos candidatos juegan a ser presidentes, aunque no existan las condiciones. Sin reformas electorales de fondo y con los mismos magistrados del Poder Electoral quieren “ganar”. Hasta se atreven a decir que una vez que ganen, liberarán a los presos políticos.
Con semejante desconexión con la realidad el pueblo ya los empieza a ver como buenos candidatos a ocupar cargos en la Secretaría Nacional para Asuntos del Espacio Ultraterrestre, la Luna y otros Cuerpos Celestes aprobada recientemente por la honorable Asamblea Nacional de la República de Nicaragua.
El autor es periodista.