Una de las medidas represivas del régimen Ortega Murillo contra los jóvenes que salieron a manifestarse en abril 2018, fue la expulsión de sus recintos universitarios, sin oportunidad de recuperar sus notas y sin un aviso de manera oficial. Algunos movimientos estudiantiles como Acción Universitaria de jóvenes organizados de la UNAN-Managua se han dado la tarea de contabilizar las expulsiones para exigir el reintegro académico de los afectados.
Una estudiante, quien pidió el anonimato por lo que ha vivido, que se integró de manera activa a las protestas que organizaron en su territorio fue víctima de este tipo de represalia. A ella nunca le notificaron de manera oficial su expulsión. Sin embargo, cuando trato de volver a las aulas de clases recibió un trato hostil por parte de las autoridades de la universidad y llegó a recibir amenazas directas que vulneraban su seguridad.
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“El espacio era muy agresivo y muy hostil, porque ellos sabían muy bien quienes nos habíamos involucrados, aunque no nos habían expulsado del espacio definitivamente se volvía insostenible estar por esas pequeñas indirectas de: sabemos quién sos, sabemos que haces. También era muy difícil callar ante las cosas que decían los docentes y la gente de UNEN. Criminalizaban las protestas y de cómo hablaban de las personas presas políticas”, expresaba la activista estudiantil que por motivos de seguridad prefiere guardar el anonimato.
De igual manera, señala la inseguridad que se vivió en algún momento porque la policía llegó a estar dentro del recinto, aunque esto sea prohibido por la ley de Autonomía Universitaria. “Dentro de la universidad no me van a hacer nada, pero yo no sabía si al salir del recinto podrían detenerme, desaparecerme o hacerme cualquier cosa y eso era un medio constante en especial porque la policía estaba afuera e incluso hubo un momento donde estaba gente de la DOEP”, afirmó la activista.
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Para ella es frustrante no poder culminar sus estudios en su recinto universitario ni poder volver a pisar las aulas que alguna vez la albergaron. “Aunque pueda tener mi título de otra universidad, no importa porque yo inicie mi carrera en una de las sedes de una UNAN-Managua y es ahí donde yo tenía que terminarla, Se me violentó un derecho y nunca debió haber pasado, me negaron el derecho a la educación y la manera que me trataron”.