Belkys Laís Castillo
El sueño es una de las necesidades básicas en la vida del ser humano, sin él no podríamos renovar energías, tampoco regular los niveles de temperatura corporal. En los niños es de suma importancia poder dormir, ya que es fundamental para su desarrollo físico y mental, pero ¿qué pasa cuando existen trastornos de sueños en los más pequeños del hogar?
Según el especialista en otorrino-pediatría, doctor Francisco Bonilla, de la Clínica Bonien, los trastornos de sueños en los niños son causados por problemas del tipo obstructivo al flujo de aire, que altera el ritmo del sueño y que podría ser reflejado en cambios de conducta, hiperactividad o aislamiento. Por eso, es necesario que los padres de familia o tutores vigilen en ocasiones si sus hijos tienen una adecuada calidad de sueño.
Causas frecuentes
Existe un común denominador dentro de las causas de esta especie de trastornos. Para el doctor Francisco Bonilla, el ochenta por ciento de los casos se deben a la inflamación de las amígdalas y adenoides. Las primeras se encuentran detrás de la garganta, y las segundas se sitúan en el orificio interno de las fosas nasales y ambas influyen en la oxigenación del infante.
Las características que frecuentemente se observan en el niño son los microdespertares en sus horas de sueño, la inflamación de su pecho y se ponen “moraditos”. Incluso, en niños mayores de 5 años, se presenta la enuresis, una emisión incontrolada de orina durante la noche.
En cuanto al día, pueden encontrarse hiperactivos, se desconcentran y no captan la orden fácilmente porque su cerebro trata de oxigenar y compensar de alguna manera lo que no se logró en la noche, ocasionando en el organismo un aumento en la presión arterial y frecuencia cardiaca.
Problemas adicionales
La obesidad es otra de las causas que contribuye al trastorno del sueño, ya que según el doctor Bonilla, los niveles de colesterol y la presión en el corazón aumentan y el infante se vuelve más vulnerable a estas afectaciones. Asimismo, hay otros tipos de casos, cuyas patologías son del tipo psicológico, que repercute en insomnios o parasomnias.
Dentro del veinte por ciento, se puede presentar en niños y niñas que tienen algún problema del tipo neurológico, como parálisis cerebral infantil y malformaciones craneofaceales, así también hay otros de carácter genético como el síndrome de Down y síndrome de Apert. Según Bonilla, estas personas necesitan tratamientos especializados en la disciplina.
Menos tecnología
Para los más pequeños del hogar, utilizar los dispositivos de sus padres como la tablet o el celular, puede ser un gran atractivo; no obstante, existen peligros en torno al uso de estas herramientas tecnológicas desde la infancia.
De acuerdo con el doctor Bonilla, los niños deben dejar de utilizar estos medios tecnológicos antes de dormir porque su cerebro se encuentra muy excitado por la luminosidad y colores, y lograr dormir podría sujetarse a dificultades para el menor. De hecho, para que ellos puedan lograr un sueño “reparador” debe haber poca luz y mucho silencio.
Necesidad de oxígeno
Cuando existe una especie de acotación en la respiración de los infantes, debe examinarse muy cuidadosamente, puesto que el oxígeno no podría estar circulando por las vías respiratorias, sanguíneas y nerviosas del cuerpo. Para el doctor Bonilla, existen dos tipos de acotaciones de oxígeno: apneas e hipopneas.
La apnea es el lapso de diez segundos en que no hay oxígeno; en caso contrario, las hipopneas son lapsos menores de diez segundos en el que solamente se está procesando el cincuenta por ciento de oxígeno en el cuerpo.
Detectar a tiempo
Existen diferentes formas de diagnósticos y exámenes para detectar una enfermedad, pero cuando se trata de infantes, los padres de familia son los responsables de sus necesidades básicas, por eso deben permanecer pendientes del sueño desde que están pequeños para evitar problemas graves en un futuro. La observación es la mejor forma de detectar un problema de salud.
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