BELKYS LAÍS CASTILLO
Brenda está en su casa, ya casi es la hora de la cena y su hija está a punto de llegar. La joven abre la puerta y entra rápidamente, con un gesto efusivo al rostro de su madre; deja la mochila en el sofá de la sala y antes de entrar al cuarto, Brenda le pregunta: —¿Cómo te fue hija?— Bien, responde la joven de manera simple, sin gestos y sin dar salida a una palabra más.
El diálogo cortante y que desvirtúa el vínculo emocional, no solo entre dos personas sino de muchas que probablemente enfrentan una situación similar, es uno de los problemas que se pueden encontrar en los espacios públicos y privados de la vida. La cortesía y amabilidad son despojadas de su privilegiado lugar y son adquiridas solo por pocos.
¿Hace falta comunicación asertiva en nuestro entorno? Según la psicóloga Hanniel Rivas, “la comunicación asertiva es la base que todos los seres humanos deberíamos de tener para lograr comunicar lo que queramos expresar, pero de forma adecuada, no solo qué decir, sino cómo decirlo de manera pro activa”.
Siendo la comunicación asertiva la base del buen convivir, puesto que nos “humaniza” con la gente que nos rodea, deja de ser un ciclo automático de emisor-receptor y viceversa, ya que se genera empatía entre los interlocutores.
Dentro de esta comunicación interpersonal existe una dimensión de valores aprendidos en el hogar que armoniza el ambiente al que pertenecemos o nos insertamos en cierto momento. Asimismo, es significado de inteligencia emocional, respeto al prójimo, además que se extraen ciertas ventajas que colabora hacia la calidad de vida y también a una mejor salud emocional.
Desde la niñez es mejor
Los niños aprenden sobre la comunicación asertiva desde la infancia, porque tanto el padre como la madre son su ejemplo. Así lo asegura la comunicadora social Miriam Castillo, quien explica que la comunicación en la familia debe ser inclusiva, ya que a pesar de la diferencia jerárquica marcada por el respeto y los años entre cada uno de sus integrantes, la necesidad de que haya una tolerancia en las diferentes formas de pensar es vital.
“Esto inicia desde que tomas en cuenta al niño, no se recomienda menospreciar lo que él o ella piensa, sino darle valor y sentir que esa persona, pueda opinar”, confirma la psicóloga Rivas.
El desarrollo de la comunicación asertiva es fundamental en la niñez, porque es una etapa en donde se aprende todo lo observable. Sin embargo, si esta no es aprendida o es recepcionada de forma inadecuada por el infante, no habrá un avance en su proceder.
Según la comunicadora Castillo, las personas que tienen una comunicación asertiva con los demás, son seguras, amables, empáticas, de conversaciones fluidas, saben pedir con claridad lo que desean, y en momentos incómodos con otra persona, pueden saber llevar la situación con tranquilidad y sin faltar el respeto.
Por su parte, la psicóloga Rivas afirma que las personas asertivas tienen muy buenas amistades, la cuales colaborarán con un mejor crecimiento personal o de otra índole, además que son más receptivas y tolerantes hacia las diferencias de pensamiento.
Por otro lado, los individuos que no son asertivos tienen problemas para expresarse en público, son tímidos, miedosos, pasivos o explosivos en su proceder, añade Castillo.
En su segunda casa
Para la psicóloga Rivas, los valores, las actitudes y el medio que nos rodean son el trinomio del cual dependerá tener una comunicación asertiva. No obstante, no solo en el hogar se desenvuelve la niñez, sino también en su segunda casa, el centro escolar.
La pedagoga Yasmina Collado dice que en los centros escolares de Nicaragua se pretende un sistema constructivista, que haga al alumno más familiar con el maestro; es decir, que exista una brecha más abierta y menos jerárquica para compensar el miedo que pueda sentir el estudiante hacia el maestro y este paulatinamente logre generar confianza, y de esta manera pueda expresar sus opiniones, reflexiones individuales y colectivas, pero a la vez respetando y tolerando la de los demás.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, temas como el “bullying” por parte de estudiantes, retrasan el proceso de algunos niños para poder elevar su autoestima y a la vez su comportamiento con los demás; también se denota cierta resiliencia personal y estos niños pueden avanzar sobre los obstáculos.
“Las actividades en conjunto, como recibir clases de baile, canto o deportes, pueden colaborar a que los niños entren en un ambiente de confianza”, sugiere la pedagoga Collado.
Lenguaje corporal
Este tiene un predominio del más del cincuenta por ciento en nuestra forma de comunicarnos, es por eso que lo que decimos puede estar equilibrado o no con movimientos físicos y con el tono de lo que expresamos.
Para la comunicadora Miriam Castillo, esta forma de expresión simboliza dificultad para aquellos que no dominan o practican poco su manera de manifestarse.
“En las entrevistas de trabajo suelen analizar el lenguaje corporal de los solicitantes, pero a pesar de tener los conocimientos que se requieren no pueden responder a lo que se les pregunta y eso hace que no estén siendo asertivos”, dice Castillo.
En cuanto a momentos incómodos, la identificación de las emociones de parte de las personas es de suma importancia para evitar que las situaciones escalen gravemente.
“Uno de los grandes retos es revertir la explosión de emociones, hacia gestos más pasivos, que no provoque una mayor agresión y tampoco se tenga que acudir a la sumisión”, aclara la psicóloga Rivas.
Asertividad versus machismo
La comunicación basada en valores, la cual se desglosa de la no sumisión y la ausente supresión de los derechos de los integrantes de la familia, comunidad o centros laborales, es el primer peldaño para que exista comunicación asertiva. En ciertos casos, como lo muestra el contexto nicaragüense, a veces se perjudica la equidad e igualdad de derechos y deberes, en el cual se relacionan estereotipos sexistas.
La psicóloga Rivas expresa que el sistema machista ha ido cambiando gradualmente en Nicaragua y recalca la necesidad de que exista igualdad en todos los sentidos y que para ello se debe respetar y escuchar a quien tiene un sentir y desea manifestarlo.
Volver a empezar
La voluntad es uno de los factores psicológicos que generan cambios personales o sociales. Si una persona desea ser más asertivo es crucial reconocer los aspectos negativos para contrarrestar poco a poco las palabras, gestos y acciones perjudiciales y dar paso a la empatía y fortalecimientos de valores, como también a una actitud más propositiva.