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Fernanda Lucía Sarria Juárez, de cinco meses, ya está iniciando su aprendizaje en el idioma inglés. Alfombra disponible en Lola & Kiwi Collection. LA PRENSA/ ALFREDO ZÚNIGA.

My sweetie baby

Los bebés están para aprender. Esta es una afirmación que se basa en diversos estudios de aprendizaje, según nos revela Franklin Téllez Aguilar, director académico del Centro Cultural Nicaragüense Norteamericano (CCNN).

Fátima Arellano

Los bebés están para aprender. Esta es una afirmación que se basa en diversos estudios de aprendizaje, según nos revela Franklin Téllez Aguilar, director académico del Centro Cultural Nicaragüense Norteamericano (CCNN).

De acuerdo con él, el nuevo siglo demanda que los padres inviertan más en la educación de calidad de sus hijos, sobre todo en el aprendizaje de varios idiomas, donde el inglés es indispensable.

“Está comprobado que el ignorante del nuevo siglo es aquel que no habla idiomas, por eso es muy importante que los padres prioricemos la educación de nuestros hijos. La primera infancia, comprendida desde el primer día de nacido hasta los siete años del niño, es crucial. En este periodo es cuando tiene que desarrollar la parte cognitiva para garantizar una buena primaria, secundaria, universidad y éxito profesional”, afirma Téllez, quien agrega que la mejor edad para que un niño aprenda un idioma está entre los seis meses hasta los tres años, y resulta mucho más fácil y rápido si comienza desde que el bebé está en el vientre.

“Yo recomiendo que los padres les hablen a sus bebés en inglés u otro idioma a parte del natal, desde que se están formando en el vientre de la madre, porque ellos pueden reconocer sonidos y melodías. Los niños aprenden por instrucción y hay que repetir constantemente las palabras para que el idioma se les haga más espontáneo y haya fluidez”.

Conexión de neuronas

Téllez explica que todos los seres humanos nacemos con 100 mil millones de neuronas que en el momento no están conectadas. Con las primeras experiencias que se dan en el periodo de la primera infancia, el bebé comienza a unir todas las imágenes que percibe y eso da paso a lo que se conoce como circuitos eléctricos de las neuronas.

“Conforme el conocimiento es repetitivo, las neuronas se afianzan y se forma toda la red de neuronas en el cerebro. Cuando el niño comienza a experimentar, esos circuitos eléctricos del cerebro quedan permanentes y les ayuda a desarrollar memoria, inteligencia y percepción”, asevera.

Para Téllez, si en ese primer ciclo el idioma inglés no es explotado, el niño no va a poder adquirir idioma y en edad avanzada le costará mucho más. “Cuando viene un nuevo idioma, ya las neuronas están formadas y por esos cuesta un poco más. Recomiendo realizar con el bebé actividades dinámicas y divertidas que requieran concentración”.

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