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Modelo: Ana Belén Ponce, de Academia Eleganza. LA PRENSA/ ALFREDO ZÚNIGA.

Tersa y delicada

Actualmente estamos experimentando ciertos cambios en nuestro clima que inevitablemente perjudican el estado natural de nuestra piel. Temperaturas algo bajas, frentes fríos con días calurosos y noches frías repercuten aunque no lo deseemos.

Fátima Arellano

Actualmente estamos experimentando ciertos cambios en nuestro clima que inevitablemente perjudican el estado natural de nuestra piel. Temperaturas algo bajas, frentes fríos con días calurosos y noches frías repercuten aunque no lo deseemos.

De acuerdo con el dermatólogo Jorge Neira, dos factores importantes influyen en nuestro país: el sol y el frente frío que viene con vientos fríos. Los rayos del sol son muy agraviantes y por eso tomamos medidas de protección, pero no así con el frío, pues creemos que no perjudica, cuando en realidad daña aún más las pieles sensibles.

La piel más sensible del rostro, según nos explica el especialista, es la de las mejillas y la región preauricular, donde la piel es muy fina, con muy poca hipodermis.

“Estas son las zonas que más acusan los daños invernales y que se manifiestan en forma de desecación, envejecimiento prematuro y aparición de capilares dilatados. Los labios son una estructura tisular muy hidratada y muy expuesta a los vientos fríos. En presencia de clima ventoso, sufren un alto nivel de deshidratación”.

Agrega que la dermis de la piel que cubre cuello, escote y manos es mucho más fina e igualmente tiene poca hipodermis. También se presentan cambios por los vientos fríos.

“La piel puede sufrir resequedad (xerosis), picor y a veces hay lesiones de agrietamiento (grietas). El frío afecta nuestra piel de dos formas: primero hace que la circulación se ralentice debido a la constricción de los vasos sanguíneos en la epidermis para reducir la pérdida de calor, y también debilita el film hidrolipídico protector; la piel se reseca y se vuelve más sensible”, explica el doctor Neira.

Las personas que suelen ser alérgicas son más sensibles a estos cambios, además de los niños y las personas de la tercera edad. La piel que más se afecta es la piel seca. Las pieles grasas soportan mejor las bajas temperaturas. Las personas de más edad también sufren con el frío, debido a que sus glándulas sebáceas disminuyen.

Las mujeres, exhorta el especialista, deben cuidarse del frío más que los hombres, ya que envejece más rápido porque con la edad los estrógenos comienzan a descender y la epidermis se seca muchísimo.

Cuidados de la piel según la Academia Española de Dermatología y Venereología:

• Prevenir y combatir la deshidratación acentuada por el frío: hay que elegir una buena crema hidratante que incluya componentes “humectantes”, que atraigan el agua dentro de la piel, como la glicerina, propilén-glicol, urea, lactato sódico, etc. También con componentes con efecto oclusivo, que sirven de barrera para impedir la pérdida de agua epidérmica, como son la lanolina, silicona y sus derivados.

• Disminuir las arrugas superficiales: emplear cosméticos que contengan hidroxiácidos, retinol y/o vitamina C.

• Si están algo más marcadas: añadir cosméticos con péptidos, que disminuyan el tono muscular.

• Protección solar: no olvidemos que gran cantidad de sol lo recibimos mientras realizamos nuestras actividades diarias, también en invierno, por lo que debemos emplear el fotoprotector siempre. Añadir complementos orales con vitaminas antioxidantes del grupo A, B, C y E, que, aunque no reviertan el envejecimiento, sí mejoran su apariencia.

• Si han aparecido manchas, emplear alguna sustancia despigmentante, bien añadida a un cosmético si estas son suaves o indicada por el dermatólogo.

• No olvidar una limpieza cuidadosa, mañana y noche, eligiendo una limpiadora suave, que no aumente la agresión diaria que el frío ocasiona.

• Evitar en lo posible los cambios bruscos de temperatura.

• Disminuir el consumo de alcohol y de tabaco, ya que con el frío disminuyen la vascularización cutánea, con lo que aumenta la deshidratación.

• Recordar que es la mejor época para someterse a tratamiento de rejuvenecimiento, tipo peeling o láser.

Nosotras Piel

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