
Jairo Silva entrena con firmeza a sus alumnos en un gimnasio de Managua.
La sinfonía del Tae Kwon Do
Tuvo sus dos piernas hasta los 30 años, pero perdió una. A pesar de eso, conduce su carro, canta, toca guitarra, porque fue tenor antes que maestro de artes marciales y lleva una vida, hasta cierto modo, normal