Algunas noches vuelve a ver a su hija, siempre envuelta en un vaporoso vestido de novia. Doris Ivania sonríe y su madre le mira las manos, gráciles y morenas. Unas manos “bien lindas” y limpias, como las tenía cuando estaba viva, y no con rastros de sangre, como doña Mercedes las recuerda.

Doris Jiménez junto a Stanley Volz. ARCHIVO
El caso Volz o el misterioso asesinato de Doris Ivania Jiménez
Una joven sanjuaneña atrozmente asesinada y un estadounidense como principal sospechoso. ¿Era Eric Stanley Volz culpable o inocente? Su proceso estuvo lleno de escándalos e irregularidades y sigue agitando ánimos hasta estos días