Lucydalia Baca Castellón
Hasta hace dos semanas se calculaba que los daños provocados por la roya reducirían hasta en 450,000 quintales la cosecha de café 2012-2013. Pero las afectaciones que ha desencadenado la antracnosis en distintas zonas del país obliga a reevaluar la situación para establecer la nueva proyección de daños.
Sin embargo sectores vinculados a la caficultura advierten que la reducción hasta niveles mínimos históricos de esta cosecha no es lo más grave. Sino lo que le espera al sector los próximos cuatro o cinco años.
“En los análisis que hicimos para establecer la proyección de pérdidas provocadas se contempló que la debilidad que provoca la roya propiciaría el aparecimiento de nuevas enfermedades como la antracnosis y otras que afectan la raíz de los árboles.
Ahora con el daño que está ocasionando la antracnosis es necesario reevaluar la situación para hacer nuevas proyecciones”, indicó María Auxiliadora Briones, gerente general de la Fundación para el Desarrollo Tecnológico Agropecuario y Forestal de Nicaragua (Funica).
RENDIRÁN INFORME
A causa de dicha enfermedad, provocada por un hongo oportunista, cientos de árboles de café se están secando y los granos que aún están en la rama se pudren.
Personal técnico de Funica recorre las zonas cafetaleras en las que desarrollan programas. Podrían emitir un informe de los daños provocados por la antracnosis la próxima semana.
Cuadrillas de técnicos, del Consejo Nacional del Café (Conacafe), realizan un monitoreo similar para determinar la gravedad del daño a nivel nacional, confirmó el secretario ejecutivo de la organización Juan Ramón Obregón.
Según Obregón, de momento solo queda seguir nutriendo los cafetales y esperar que se termine de cortar la cosecha para que el Gobierno eche a andar el plan de renovación de la caficultura que prepara.
AÚN FALTA LO MÁS GRAVE
Sin embargo, Briones advierte que ante la destrucción provocada por la antracnosis la única opción que queda es renovar los cafetales. Por tanto lo más grave no es la reducción de la cosecha actual, sino el futuro del sector.
“Eso es grave. Hay que hacer una valoración desde la perspectiva productiva, económica y social. De los 43,000 productores que se dedican a la caficultura el noventa por ciento son pequeños y medianos productores que tendrán que buscar una actividad alternativa para sobrevivir durante los cuatro o cinco años, que se llevarán los nuevos plantíos para comenzar a producir comercialmente”, explica Briones.
El presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Nicaragua (Excan), José Ángel Buitrago, también desconoce la intensidad del daño que la nueva enfermedad ha provocado y mantiene las proyecciones de reducción de la actual cosecha entre el 20 y 25 por ciento, con respecto a la del año anterior, que fue de 2.2 millones de quintales. El café es el principal producto de exportación y genera ingresos superiores a los 400 millones de dólares.
También advierte que desde ahora y por los próximos cuatro o cinco años la cosecha cafetalera del país puede caer a los niveles mínimos históricos.
PLANES DE RECONVERSIÓN
No obstante, considera que la situación debe verse como una oportunidad para renovar gran parte de las 180,000 manzanas de café, que se estima se cultivan en el país. “Ya que más del sesenta por ciento de los cafetales tiene más de veinte o veinticinco años y llegó a su vida útil.
Según Buitrago, en enero la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) presentará al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el proyecto de reconversión del sector. Esperan obtener un financiamiento de hasta cuarenta millones de dólares para comenzar a ejecutar la estrategia que tiene un costo total de 117 millones de dólares.
“Confiamos en que ante esta situación el banco proporcione los recursos. Esperamos arrancar con unos 3,000 o 4,000 productores”, dice Buitrago. Añade que hasta ahora no ha “habido ningún acercamiento con el Gobierno para homologar propuestas sobre la reconversión del sector”. Por lo que estima que se ejecutarán dos planes a la vez. Uno oficial y otro privado, aspecto que no considera perjudicial, ya que hacer un plan masivo sería más difícil.
Espera que el acercamiento con el Gobierno se dé, ya que lo ideal es que ambos planes establezcan “una tecnología única para toda la caficultura”, aunque la apliquen instituciones diferentes.
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