Incertidumbre, miedo a perder el empleo y preocupación, así recibirán el Año Nuevo los trabajadores de las textileras que operan en Nicaragua. Esto el día de hoy ante el fin del beneficio conocido como Niveles Preferenciales Arancelarios, (TPL, por sus siglas en inglés), que amenaza con mandar a más de 7,000 trabajadores a la calle, y en el peor de los casos 30,000 tal como lo estimó en su momento el Gobierno.
El sindicalista sostiene que el ambiente es tenso, pero las negociaciones a lo interno siguen con el único propósito de que las plazas se mantengan. “En una de las empresas donde despedirían a 120 personas, se logró que los reubicaran en otras áreas donde también sean productivos mientras solucionan con las marcas nuevos acuerdos”, comentó García.
Asimismo, asegura que se concentrarán en apoyar las iniciativas tanto gubernamentales como de los empresarios y las que promueva Anitec, con el fin de mantener la estabilidad laboral y hacer rente a la ola de personas que podría quedar sin percibir un salario que sustente a sus familias.[/doap_box]
El beneficio que durante diez años permitió a las empresas de zonas francas textiles exportar a EE. UU. piezas elaboradas con materias primas de países ajenos al DR-Cafta, no fue renovado por el Gobierno de los Estados Unidos, lo que obligará a varias textileras a reducir sus líneas de producción. La esperanza está puesta en el Congreso estadounidense el próximo año, aunque no hay certeza de que se logre conseguir nuevamente los TPL.
La Asociación Nicaragüense de la Industrial Textil y Confección (Anitec) confirmó recientemente que los despidos se empezarán a aplicar a partir de enero, tomando en cuenta que 37 de las 78 empresas que confeccionan ropa para la exportación serán afectadas por el fin de este beneficio.
Zozobra permanece
En las afueras del Complejo Industrial Las Mercedes, de los parques de Zona Franca más grande del país, el miedo era visible ayer, según constató LA PRENSA. Pedro Álvarez, operario de base en una de las textileras de ese parque industrial, todavía recuerda el silencio que se apoderó de las áreas de producción cuando se supo de la posibilidad de despidos en 2015.
Eso fue horrible, era de grabar nuestra reacción y las de mis compañeros en las líneas de operación, cuando oímos hablar del fin de los TPL y la pérdida de empleo, pero cuando se dijo la posible cantidad hubo un silencio abrupto que entristeció a toda la línea de producción y de no ser por los supervisores que no permiten murmuraciones, la conmoción hubiera sido mayor, cuenta Álvarez.
Al igual que Álvarez, la noticia impidió el descanso de Isaura Mendoza, una mujer que cada mañana entre lunes y sábado se levanta a las 4:00 a.m. para alistar comida, realizar uno que otro quehacer e irse a su trabajo. Esta es la peor noticia que hemos recibido y lo peor es el temor que uno tiene. Cuando un supervisor o alguien del área administrativa te viene a llamar, sentís como se retuerce tu estómago, porque no sabés si es para un llamado de atención, entrevistas frecuentes, o despidos, dijo.
Mendoza viaja desde el empalme San Benito en el primer bus que se detenga, pues a las seis de la mañana que ella sale en búsqueda de ellos, van llenos. Y al igual que ella, Álvarez, debe pasar por los pasillos entubados para registrarse e iniciar una jornada que se extiende ocho horas.
A diferencia de años anteriores, Mendoza, quien es madre de dos adolescentes, cuenta que todo este 2014 hubo una constante preocupación que no la dejó dormir, por el miedo que siente a perder su empleo el próximo año.
Cifras lo confirman
Las cifras del Banco Central de Nicaragua (BCN), reflejan que de agosto a septiembre último mes actualizado hay una disminución en el empleo equivalente a 598 plazas menos y situó la cifra en 108,762 empleos directos al finalizar el noveno mes de 2014, inferior a las 109,360 personas que en promedio laboraron en agosto. De este empleo, más del sesenta por ciento son del sector textil.
Al regresar a trabajar el próximo dos de enero, los trabajadores de las textileras temen ser llamados para ser despedidos, admiten.
A lo largo del 2014, el número de personas que irían al desempleo fue variando desde treinta mil inicialmente hasta ubicarse en siete mil los que se perderían sin la renovación de dicho beneficio arancelario, según un reciente estudio de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
Dean García, director ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de la Industria Textil y de Confección (Anitec), asegura que el esfuerzo continuará en reducir lo menos posible el número de personas que quedarían sin trabajo.
Respeto mucho las proyecciones de Funides, las que considero bastante acertadas, pero el reto es que al tomar esas cifras como referencia se reduzcan a cero, de ser posible, expresó García, quien agrega que todo el año han trabajado en conjunto con la agenda del Gobierno central, la empresa privada y desarrollando acciones para mantener el empleo.
Asimismo, se buscó a lo largo del año contratos que no dependieran de los TPL, se establecieron convenios con las marcas para mantener los contratos, diferentes delegaciones empresariales se encargaron de hacer lobby para continuar con la atracción de nuevas inversiones, precisó.
En declaraciones pasadas el presidente de la Federación de la Cámara Nicaragüense de Zonas Francas Privadas, Mario Zelaya, dijo que las empresas textiles que serán afectadas con el fin de los TPL, desde hace varios meses están en proceso de transformación de sus áreas de producción, con el propósito de mitigar al máximo el próximo año un escenario más hostil.
Por su parte, el delegado presidencial para las inversiones, Álvaro Baltodano, consciente de esta situación manifestó que el próximo año confían en que el Congreso estadounidense incorpore en su agenda temas comerciales, lo que permitiría a Nicaragua que dicha realidad sea llevada a discusión.
Si bien en diciembre, que es cuando se abre el Congreso en Estados Unidos, no se va a tocar este tema, quizá el año que viene entraría el tema de los TPL, dijo.
Mientras tanto, Pedro Álvarez e Isaura Mendoza, regresarán el viernes 02 de enero a sus líneas de operación, con la firme expectativa de que ni a ellos, ni a ninguno de sus compañeros los despidan.
El mejor deseo que tenemos para el año entrante es que no corran a nadie y se solucione eso de los TPL, manifestó Isaura Mendoza visiblemente triste a la entrada del parque industrial de Zona Franca Las Mercedes.
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